Tal como ha llegado el Betis al
epílogo, cualquier buena noticia se convierte casi en una
fiesta. El empate en Balaídos, que pudo y hasta debió ser un triunfo de no andar por medio
González Fuertes, y el cómodo triunfo ante Osasuna certificaron la
tranquilidad en forma de
permanencia matemática. Además, dos partidos seguidos sin perder no es una racha baladí para una nave que
nunca levantó el vuelo de verdad y que temía afrontar un
aterrizaje forzoso. Lo será ya suave, pero con más o menos turbulencias dependiendo de si es capaz de sumar de nuevo en un escenario tan exigente y complicado como el
Wanda Metropolitano.
Hacerlo allanaría la superficie de esta
zona de transición que Alexis está preparando para
Manuel Pellegrini, confirmado como nuevo entrenador a partir de la próxima temporada. Es de suponer que el chileno y el nuevo director deportivo (
Antonio Cordón, salvo giro mayúsculo de los acontecimientos) estarán y
seguirán tomando buena nota de las evoluciones finales de una plantilla que, como todo el proyecto en general, no ha respondido a las
expectativas. Un aliciente más para que los futbolistas se tomen este broche del campeonato más
en serio que nunca.
La goleada del miércoles supuso un balón de
oxígeno impagable en La Palmera. Dejando a un lado una salvación que parecía cuestión de días, el margen de maniobra que concede el 3-0 a los navarros es amplio. Porque no podrá acusarse al cuerpo técnico interino de
inmovilismo. Probaron de todo Alexis y Merino, desde la
defensa de tres centrales y dos carrileros largos al doble pivote con falsos extremos y un punta muy arropado. Al final, se asienta en principio la zaga de cuatro, con la salvedad de que la visita al Atleti pudiera albergar otra revisión más
conservadora.
La lógica invita a cierta
continuidad en la alineación.
Mandi y Feddal llevan dos encuentros como pareja en el eje de la retaguardia con buenos números (un gol encajado únicamente) y sensaciones.
Bartra tuvo descanso después de dos malas actuaciones frente a
Levante y
Villarreal, mientras que a Joel le condenó su fallo en cadena frente al Celta, que costó el 1-0. Por eso, se espera que
Dani Martín continúe bajo palos, con los centrales norteafricanos, Emerson en la derecha y cierto debate en el lateral izquierdo entre
Álex Moreno y Pedraza, que compartieron muchos minutos en la última jornada.
Por delante,
Guido Rodríguez se ha hecho con el puesto de manera incontestable. Con
Guardado muy cerca, forman un segundo tabique muy sólido. Robos, agresividad, presión, distribución inteligente e incorporaciones al ataque reseñables. Ahí empezarían las alternativas. Vuelve de sanción
Canales, fijo mientras estuvo apto, por lo que Alexis abogará seguramente por romper el
doble lateral y colocar al santanderino junto a
Fekir con plena libertad para generar y asistir al punta, que, por rotación, podría ser
Loren, aunque también continuar
Borja Iglesias.
El que resta podría ser
Joaquín, pero también
Aleñá, que remató sus buenos minutos finales contra Osasuna con un gol. Igualmente,
Carvalho o, incluso, un central más (en el dibujo 1-3-4-2-1) tienen opciones de jugar en un escenario, el Wanda, donde la exigencia será la norma y la intensidad, una cuestión
innegociable para un Betis que no puede permitirse el lujo de pensar en ayudas al eterno rival, sino sólo en sumar y escalar posiciones en la clasificación. Por
dinero, por
prestigio y por
orgullo. Del club, de sus profesionales y de los que no pueden entrar al campo pero sostienen el tinglado.