Cuando a mediados de agosto de 2017
el Betis fichó a Ryad Boudebouz por 7 millones de euros, el argelino llegaba despuésde triunfar con el
Montpellier y como uno de los líderes de un proyecto en el que con
Quique Setién se quería hacer olvidar años de sinsabores y de ilusiones frustradas.
Pese a que no tuvo un buen comienzo y los problemas de rodilla lastraron su entrada en el equipo, al final tuvo momentos brillantes esa temporada y sus compañeros hablaban maravillas de lo que podía ofrecer y, de hecho, mostraba en los entrenamientos. Fue el año de la llegada de
Tello, Sergio León, Guardado, Camarasa, Campbell, Javi García, Feddal... más tarde
Bartra, en la que surgieron
Loren o Junior y que finalmente acabó con el Betis sexto tras un esprint final espectacular.
Pese a todo, no convenció del todo, el Betis firmó al siguiente año a
Canales o Lo Celso, con los que debía pelear, y a partir de noviembre fue desapareciendo de las convocatorias. Acabó cedido en el
Celta cuatro meses, donde jugaría 11 partidos y terminaría la temporada 18/19 como titular, y regresaría a la Ligue 1 (
Saint-Etienne) a cambio de la mitad de lo que costó (3,5 kilos).
Con Ghislain Printant primero, y con Claude Puel después empezó siendo indiscutible, pero tras el largo parón en Francia, este verano fue designado como uno de los objetivos para salir debido a su alta ficha. El jugador aguantó e incluso jugó la final de la Copa de Francia, pero no ha vuelto a pisar un campo desde entonces, no ha entrado en ninguna convocatoria y Puel, a todos los efectos, no cuenta con él.
Con 30 años no tenía muchas opciones,
rechazó al Dijon y esta semana ha viajado hasta Qatar para reunirse con los dirigentes del
Qatar Sports Club y visitar las instalaciones del que parecía ser su nuevo equipo. La oferta no le ha satisfecho, según aseguran fuentes de la operación. "Creo que la salida de
Ryad Boudebouz no se hará ya que vuelve con nosotros. No tengo más comentarios que hacer”, señalaba hoy un
Puel que ya no lo quiere y el jugador seguirá en un club en el que Roland Romeyer -su presidente- quiere que salga.