Segundo asalto en su posible oasis ante el ostracismo en el Betis

Segundo asalto en su posible oasis ante el ostracismo en el Betis
- M. H.
Óscar MurilloÓscar Murillo 3 min lectura



El coronavirus ha fastidiado bastante a Diego Lainez, que dio la vuelta a su situación como un calcetín con el cambio de año y, tras un 2020 que confirmó el ostracismo del 2019 (el de su debut en LaLiga), acumulaba siete titularidades consecutivas en 2021, coincidiendo además con el momento de mayor regularidad en juego y resultados del Betis esta temporada. El extremo se contagió, si es que alguna vez es conveniente, de la manera más inoportuna, perdiéndose los encuentros ante Osasuna y Barcelona, en el torneo de la regularidad, y el del Athletic, de Copa. Ya con el alta, Pellegrini prefirió no forzarle en Villarreal, mientras que se quedó en el banquillo contra el Getafe, tocándole ahora el rol que tantas veces desempeñó, opuesto al posterior al derbi de la primera vuelta.

El mexicano, como todos, perdió un par de puntos en lo físico a consecuencia de la covid-19, especialmente en uno de sus fuertes, la explosividad, pero atisba el regreso a la titularidad este domingo en Cádiz, aprovechando la baja por lesión de Fekir. No es seguro que este segundo asalto del '20' tenga éxito, porque aspiran a la plaza del campeón del mundo Joaquín, Tello, Juanmi o Rodri (ahora jugando de nuevo con el filial), aunque el desborde y la capacidad de conducción del ex de América serán importantes frente a un equipo que seguramente se encerrará como en el Benito Villamarín en pos de alguna oportunidad a la contra o mediante la estrategia.

Además, Lainez es temido y apreciado a partes iguales en el Ramón de Carranza, que pudo ser su oasis ante esta irregular situación que vive en Heliópolis desde su llegada. El Cádiz fue uno de los cuatro equipos de Primera (junto a Eibar, Levante y Huesca) que solicitaron la cesión del atacante en las dos últimas ventanas y el que más cerca estuvo de convencer al Betis, por proximidad y otras cuestiones, para alojar al azteca, que, no obstante, tuvo claro en todo momento que no se quería mover de La Palmera. Confiaba en sus posibilidades Lainez, que probó la miel a principios de este año y que, tras un trago de hiel, desea saborear el dulce que se había ganado en el campo.
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