El bonito adiós del siempre bético Álvaro Cejudo

Álvaro Cejudo ha sido de esos jugadores hechos a sí mismos. Tras apuntar mucho en la cantera del Real Betis, el cordobés tuvo que dar un paso atrás y sufrir hasta alcanzar la elite y, finalmente, poder regresar al club en el que se formó y del que es ferviente aficionado.
El de Puente Genil anunciaba hoy que este fin de semana jugará su último partido. Lo hará en su última casa, en El Sardinero, con el Ebro como rival y sin nada en juego. En un partido que servirá de homenaje a un currante del fútbol.
Como prometió a comienzos de temporada, éste iba a ser el fin de su carrera deportiva. Y, por ello, Cejudo ha querido despedirse con una bonita carta, dirigida a los aficionados y en la que incluía de una y otra forma a todos los clubes por los que ha pasado. Incluso a un Coria en el que fue protagonista tras una fugaz cesión por parte del Betis.
Tras salir de Heliopolis, siete años tardaría en volver. Ceuta, Las Palmas y Osasuna vieron su crecimiento. Y, por último, Sidney y Racing de Santander sus últimas diabluras.
Como verdiblanco, jugó 81 partidos en el primer equipo y muchos más en su cantera. Anotó cuatro goles, alguno de ellos recordados, como el que le metió al Madrid por la escuadra. Y dio cinco asistencias. Y, sobre todo, dejó la impronta de un jugador sacrificado, que se va del fútbol de elite, pero no de este deporte, al que de una forma un otra seguirá ligado.


El de Puente Genil anunciaba hoy que este fin de semana jugará su último partido. Lo hará en su última casa, en El Sardinero, con el Ebro como rival y sin nada en juego. En un partido que servirá de homenaje a un currante del fútbol.
Como prometió a comienzos de temporada, éste iba a ser el fin de su carrera deportiva. Y, por ello, Cejudo ha querido despedirse con una bonita carta, dirigida a los aficionados y en la que incluía de una y otra forma a todos los clubes por los que ha pasado. Incluso a un Coria en el que fue protagonista tras una fugaz cesión por parte del Betis.
Tras salir de Heliopolis, siete años tardaría en volver. Ceuta, Las Palmas y Osasuna vieron su crecimiento. Y, por último, Sidney y Racing de Santander sus últimas diabluras.
Como verdiblanco, jugó 81 partidos en el primer equipo y muchos más en su cantera. Anotó cuatro goles, alguno de ellos recordados, como el que le metió al Madrid por la escuadra. Y dio cinco asistencias. Y, sobre todo, dejó la impronta de un jugador sacrificado, que se va del fútbol de elite, pero no de este deporte, al que de una forma un otra seguirá ligado.

