Ángel y demonio, las cifras que dibujan las dos caras de Fekir

Ángel y demonio, con muchísimo más de lo primero que de lo segundo. Una bipolaridad que define a la estrella del Real Betis Nabil Fekir, un futbolista extraordinario en el que sería imposible de tamizar y desgranar el talento y el temperamento. Ambas emociones van de la mano, en un 'pack' indivisible. Como apuntó Borja Iglesias, ese mismo carácter indomable que a veces lleva al francés a entrar con todo contra el trapo de las provocaciones y que le acarrea expulsiones como la del pasado domingo ante el Athletic, son la misma chispa que destapa el tarro de las esencias y le da tantísima magia al equipo verdiblanco.

Fekir es un futbolista de pura fantasía. En acciones como la del pasado domingo, uno se imagina al '8' del Betis como en los dibujos animados: con un angelito a un lado, dándole buenos consejos, y con un diablillo en el otro, recordándole el interminable número de faltas que le hacen por partido, de cómo los futbolistas rivales son conscientes de su fuerte personalidad y le buscan con la connivencia del colectivo arbitral.

"Efectivamente, no es la primera vez que pasa... que le dan 20 patadas y en una de ellas Nabil reacciona mal. Debe aprender de las expulsiones, pero le hacen 20 faltas por partido, le pitan 10 y las otras 10 las dejan sin cobrar", espetaba Manuel Pellegrini en sala de prensa, remarcando la necesidad de que el campeón del mundo controle sus nervios pero también que los árbitros vean, paren y sancionen al que va a buscarlo de manera constante, insistente y, en muchas ocasiones, también descaradamente.



Se refería el chileno a que, antes de perder los papeles, De Marcos le suelta una dura patada y Munian le tira de la oreja y le dice algo al oído. "No es justificable pero si entendible", agregó el técnico del Betis. Los números, desde luego, reflejan a la perfección esta bipolaridad de Nabil Fekir, que ha acompañado a muchos genios del fútbol. Baste mencionar al también franco-argelino Zinedine Zidane, entre mucho otros ejemplos.

Con la tarjeta roja que le mostró Mateu Lahoz el domingo ante el Athletic, Fekir se ha convertido en el jugador más expulsado de las cinco grandes ligas de Europa desde su llegada al Real Betis en la temporada 2019/2020. Según remarca Mundo Deportivo, el galo ya suma cuatro rojas en 91 partidos en LaLiga, los mismos que su compatriota Clement Lenglet (FC Barcelona) y que el italiano Roberto Soriano (Bolonia) en la Serie A.

A estas cuatro rojas ligueras se une la que Fekir vio este curso en la Fase de Grupos de la Europa League y que le acarreó una sanción de tres partidos. Ocurrió el 4 de noviembre en Leverkusen, cuando 'se le pelaron los cables' después de recibir muchas entradas duras en pocos minutos. En una de ellas, cogió del cuello al turco Kerem Demirbay, que antes le había dado antes una patada, una colleja y se había reído en su cara. Es curioso, porque estas cinco expulsiones en 108 choques como jugador del Real Betis contrastan radicalmente con una única roja en 193 partidos con el Olympique de Lyon.



Fekir es un futbolista que trabaja muchísimo para el equipo, que se compromete en tareas defensivas y en labores de presión, lo que le lleva a cometer muchas faltas. Tanto es así que las estadísticas le sitúan como el segundo de las cinco grandes ligas que más infracciones ha cometido, un total de 190, sólo por detrás de las 197 de Mikel Merino (Real Sociedad). Muchas de esas faltas las comete intentando protegerse.

Y es que la bipolaridad de Fekir también la dibuja el hecho que de que el segundo futbolista de Europa que más faltas comete sea también el tercer jugador de los cinco grandes campeonatos del continente que más recibe. En estos dos años y media le han pitado un total de 263 faltas en 91 partidos ligueros, cifra que según la base de datos de BeSoccerPro sólo superan las 312 en 80 citas de Jack Grealish (Aston Villa y Manchester City) y las 269 en los mismos 91 encuentros de Wilfried Zaha (Crystal Palace).

Además, Fekir aparece en los primeros puestos de las clasificaciones europeas de regates con éxito, de remates a la madera, de asistencias... Normal que desde el Betis pidan protección para el francés. "Es lo de siempre, el que pega sigue jugando y el que intenta jugar se va a la calle", se quejó un Manuel Pellegrini que no justifica las formas pero defiende a capa y espada a su futbolista.