Resulta curioso que siempre se haya criticado la política de ventas del Sevilla y que ahora tampoco se vea con buenos ojos que puedan llegar futbolistas de una edad relativamente avanzada, como
Jesús Navas (31), Éver Banega (28) Nolito o Carlos Bacca (30). Pero no es cuestión de que una política de fichajes sea mejor que otra, sino de realizar ambas al mismo tiempo.
Las dos vías son necesarias.
En Nervión son conscientes de que, en el caso de salir
N´Zonzi y Vitolo, en la actual plantilla no quedarán muchos jugadores que aseguren ventas millonarias en el futuro. Tiene pinta de que el
´Tucu´ Correa sí, pero antes debe confirmar con Berizzo lo que ya mostró en el último tramo del curso pasado. Así las cosas, Óscar Arias fichará futbolistas de esos que están a punto de romper. Pero
dos o tres. No más.
El director deportivo y José Castro han apreciado con claridad que la plantilla
necesita un plus de experiencia. Lo exige la Champions League.
En Leicester el equipo se arrugó. Todos escondieron la mirada en el césped cuando el árbitro concedió penalti y surgió la ocasión de igualar la eliminatoria. Realmente, sólo los penaltis de la 2016/2017, en general, dejan ya patente una alarmante falta personalidad y determinación.
Tampoco soportó el equipo la presión autoimpuesta por Jorge Sampaoli de ir a ganar la Liga. A partir de marzo a los futbolistas les comenzaron a temblar las piernas como si jugasen en el
Colusso Balompié. Los futbolistas consagrados van a por la pelota nada más que el árbitro pita penalti.
Y después hay casos y casos. No hay que ser Guardiola para saber que a Navas
le quedan tres o cuatro años a gran nivel. El palaciego está más joven que otro más jóvenes. Lo de Nolito es por darle el gusto a Berizzo, pero también porque es muy bueno y porque quiere jugar y
darlo todo para estar en el próximo Mundial. En el Celta, vi a Nolito bajar muchas veces a la posición del lateral izquierdo para tratar de recuperar el balón. En el Sevilla, de donde además es su mujer, se partiría el alma, y en Nervión lo saben. Más o menos lo mismo le ocurre a Bacca, a quien aún le quedan muchos goles por marcar. En Italia, siendo suplente buena parte de la temporada y estando medio depresivo, ha hecho 14. Su mujer no es sevillana, pero como si lo fuese.
Lo de Banega es más complicado, por lo que cobra y por lo que pide el Inter por un futbolista que se fue casi gratis. Yo tampoco sería muy de mirarle el DNI. Tiene tanta calidad que
podría jugar con un bastón y sobresalir. Si le hubiesen dado a Sampaoli al argentino y al colombiano, otro gallo hubiese cantado.
El Sevilla necesita varios jugadores contrastados para dar el salto y
rendimiento inmediato. Lo exige la Champions y en una plantilla hay sitio para todos, para los que den alegrías futuras en los despachos y para los que las den desde ya, sobre el césped.
Carlos Pérez
