Historia del dopaje en el ciclismo: antes de Armstrong ya era un problema

El dopaje es un problema para el ciclismo desde las primeras competiciones y es una lucha que sigue más activa que nunca

Historia del dopaje en el ciclismo: antes de Armstrong ya era un problema
Lance Armstrong y Jan Ulrich - Cordon Press

Antes del inicio del Tour de Francia 2025, la Unión Ciclista Internacional (UCI) presentaba los estrictos controles que la Agencia Internacional de Control (ACI) iba a realizar durante la carrera para evitar cualquier fraude y que ya venía precedido con más 350 controles previos a los ciclistas.

La UCI anunciaba que se había perfeccionado el trabajo que se realiza para la obtención de datos en el Pasaporte Biológico o el almacenamiento a largo plazo y posible reanálisis de muestras durante un periodo de diez años. Y esperaba que eso garantizase la limpieza del ciclismo y acabara con la sombra del dopaje que le persigue desde hace mucho tiempo.

La cara más visible del problema fue Lance Armstrong, en parte por ser el que más veces había ganado el Tour de Francia, la carrera más importante. Pero el problema de estupefacientes y productos que mejoran el rendimiento no es de ahora, sino que lleva casi desde el arranque del deporte en general y del ciclismo en particular.

Todos los ciclistas dan positivo en Bélgica

Uno de los primeros grandes casos llegó en los años sesenta del siglo pasado, cuando el Senado belga aprobó una ley en contra de los productos dopantes, lo que obligó a la Liga Velocipédica Belga, que es la que organizaba las pruebas en el país, a hacerle controles a los primeros clasificados de cada prueba. Y eso en un país que acoge un gran número de clásicas en primavera. El resultado fue que todos los ciclistas de las primeras pruebas en las que se hicieron controles dieron positivo.

Eso sólo fue una muestra de los primeros controles de orina, pero el doping era conocido mucho antes. Ciclistas ya retirados reconocieron haberse dopado en los años 50.

Y famoso es el caso de los hermanos Pelissier, que molestos con el Tour de Francia, mostraron todos los medicamentos que portaban para poder recorrer una prueba que entonces tenía casi 2.000 kilómetros más que ahora. Era 1924 y usaban sustancias como el cloroformo, cocaína...

La muerte de Jensen en 1960 lo cambia todo

El fallecimiento de Knud Enemark Jensen en los Juegos olímpicos de Roma dio lugar al inicio real de la lucha contra el dopaje en el ciclismo y, en uno de sus primeros años, se vieran casos como el ocurrido en Bélgica antes señalado. En el Tour de Francia, los controles empezaron en 1966 y, en 1968, en los Juegos Olímpicos de México.

Evidentemente, eso no fue el final, sino casi el principio y siempre ha habido casos y sospechas a lo largo de los años. En los años 90 fue el EPO la sustancia predominante, con casos sospechosos como la retirada del PDM en 1991 en pleno Tour de Francia o cuando, en 1998, las autoridades detuvieron el autobús del equipo Festina en la frontera entre Bélgica y Francia y contenía todo tipo de productos dopantes. En ese equipo corrían algunos de los mejores ciclistas del mundo, como el francés Richard Virenque.

La Operación Puerto en España

En España también se han vivido escándalos, aunque tal vez la Operación Puerto, en 2006, fuera la más llamativa. El médico investigado fue Eufemiano Fuentes y, ese mismo año, la dirección del Tour prohibió la participación en la carrera de todos aquellos ciclistas que hubieran tenido alguna relación con el médico español, entre los que se encontraban Jan Ulrich e Iván Basso. Para colmo, aquel Tour lo ganó Floyd Landis, que dio positivo justo después de la carrera cuando analizaron las pruebas de una de las últimas etapas. Óscar Pereiro se llevaría el premio gordo.

Alexander Vinokurov y Michael Rassmusen fueron expulsados del Tour en 2007 tras dar positivo, aunque no fueron los únicos casos y, entre otros, a la postre hizo que cambiara el podio de París, ya que Levi Lepheimer fue desposeído del tercer puesto.

Alberto Contador, señalado por una carne contaminada

A Contador le arrebataron el Giro 2011 y el Tour 2010 después del que el TAS decretase en 2012 dos años de sanción retroactivos por el positivo por clembuterol que dio en 2010 por consumir un "suplemento alimenticio contaminado".

Casos ha habido muchos más, aunque no fueron detectados en su día, como el propio Bjarne Riis, quien reconoció haberle ganado el Tour de 1996 a Miguel Indurain gracias al EPO. Aunque ninguno como el de Lance Armstrong, quien acabo confesando, en 2013, haber usado productos dopantes durante su carrera.