Empate entre los dos máximos
favoritos del Grupo G de la Europa League en un partido de ida y vuelta,
frenético por el altísimo ritmo impuesto por el
Bayer Leverkusen de salida y que pudo igualar el
Real Betis, sostenido en el inicio y el epílogo por un fenomenal
Claudio Bravo, gracias a una reacción que materializó de penalti
Borja Iglesias, aunque, tras un empate de 'churro', los germanos pudieron voltear de nuevo el marcador sobre la bocina. Todo se
decidirá en el BayArena el
4-N.
No pudo
arrancar peor el encuentro para los intereses verdiblancos. O
mejor, según se mire, pues los de
Seoane desaprovecharon en apenas seis minutos dos ocasiones clarísimas para ponerse en clara ventaja en el marcador. En ambos casos, generadas por el velocísimo
Diaby, que hizo muchísimo daño a la espalda de
Montoya. En la primera, cedió al corazón del área para que
Lucas Alario estrellara su disparo contra
Bravo, quedando invalidado el remate posterior de Bellarabi al
poste por su situación ilegal. Más clara aún fue la segunda, con
Guido tratando infructuosamente de
corregir y frenar al franco-maliense, que regateó al portero chileno, pero la cedió
incomprensiblemente de nuevo al argentino en vez de disparar a puerta vacía, achicando
Edgar de manera providencial. Incluso, una falta botada por
Bellarabi que rebotó en el propio ex de
River estuvo a punto de colarse en la red, dejando clara la superioridad rojinegra en este inicio.
Intensificó la presión el Betis, consciente de que debía
recuperar el balón para cambiar sus
sensaciones, pésimas en el cuarto de hora inicial. Lo consiguió momentáneamente, si bien
Adli volvió a forzar el paradón de Bravo en otra colada del imparable
Frimpong, aunque
Joaquín pudo también adelantar a los suyos, cruzando demasiado el disparo que generó
Borja Iglesias en su achique sobre
Hradecky. Y, a continuación, un mal despeje del meta finlandés (de origen checo) a tiro del 'Panda' a punto estuvo de acabar en el 0-1, pero
Ruibal no acertó a quemarropa en el rechace. Parecían fiarlo todo los heliopolitanos al
intercambio de golpes. Igualó la
intensidad, corrigió ciertos aspectos tácticos y vigiló algo mejor las
marcas el anfitrión una vez rebasado el ecuador de esta fase,
clave para equilibrar la contienda.
Una reacción a tiempo de todo que deparaba un periodo mucho más prometedor hasta el intermedio en el que se jugó mucho más en campo teutón. La
pujanza de Aitor, la
solidaridad colectiva y la
anticipación de Guido Rodríguez en los balones divididos propició situaciones de, si no de peligro directamente, sí prometedoras. La mejor, en el 41, tras una
pared de Fekir con Borja que
Tapsoba abortó para evitar que el campeón del mundo fusilara a su guardameta. En el córner consiguiente, una
melé con varios intentos fallidos que terminó con un zurdazo
forzado del '9' a la media vuelta que se marchó muy alto.
Pellegrini no esperó nada para meter
verticalidad y vértigo, pues
Álex Moreno suplió al tarjeteado Miranda y
Diego Lainez, que
debuta esta temporada tras la
lesión de tobillo sufrida en los
Juegos Olímpicos de Tokio, hacía lo propio con Joaquín nada más saltar de vestuarios. Y el movimiento generó de inicio un par de ataques verdiblancos más que interesantes, el primero generado con un taconazo del mexicano. Con todo, la contra rojinegra seguía siendo digna de vigilancia, evitando
Ruibal que el centro de
Adli encontrara rematador a bocajarro. Utilizaba el Betis las propias
armas del Bayer 04 para proponer un
pulso más justo y parejo.
Edgar, en el 54, no pudo remachar una falta cerrada que lanzó Nabil y no remató en primera instancia
Carvalho.
Lainez, muy
enchufado, probó por bajo los reflejos de
Hradecky, tras una recuperación alta de
Guido Rodríguez, crucial en el resurgir heliopolitano ya en la primera parte, y
Aitor lo imitó desde la frontal en otra transición rapidísima. Echó más leña al fuego el 'Ingeniero', metiendo a
Canales para dar descanso, de paso, a un discreto Fekir. Mientras el cántabro entraba en calor,
Pezzella dio una de arena (despeje en corto que alimentó un ataque germano) y otra de cal, despejando providencialmente ante Alario, que se preparaba para aprovechar la pelota peinada por
Bellarabi.
En el 73, la acción más
polémica del choque, sonrió con suspense a los verdiblancos:
Frankowski fue a ver en el monitor y tardó una eternidad en señalar un claro penalti por mano en el área de
Frimpong a falta botada por
Canales. Lo transformó
Borja Iglesias para certificar la notoria mejoría local, que a punto estuvo de traducirse en una ventaja mayor, pero
Juanmi controló igualmente con el
brazo un balón servido que terminó con su disparo al poste a la media vuelta. No valía ya, como tampoco cuando el 'Panda' remachó a la red. En una acción
desafortunada, el Bayer Leverkusen igualó con un disparo de
Andrich que iba fuera pero que rebotó en
Carvalho, autor del mal despeje anterior, para confundir a Bravo.
Apenas hubo tiempo para alguna
escaramuza final, especialmente un zurdazo de
Bakker tras otro despeje defectuoso de William Carvalho y un mano a mano de
Demirbay que ganó en ambos casos un
Bravo determinante. Las tablas fueron ya inamovibles, manteniéndose, al menos durante quince días más, el empate en cabeza del
Grupo G (con ventaja por el balance de goles) de la
Europa League. Pudo pasar de todo y, quizás lo más justo, ninguno cobrará distancia antes del cada vez más decisivo choque del
4 de noviembre en el
BayArena.
FICHA TÉCNICA.-
Real Betis: Bravo; Montoya, Pezzella, Edgar, Miranda (Álex Moreno 46'); Guido Rodríguez, William Carvalho; Joaquín (Lainez 46'), Fekir (Canales 64'), Aitor Ruibal (Juanmi 71'); y Borja Iglesias (Willian José 85').
Bayer Leverkusen: Hradecky; Frimpong, Tah, Tapsoba, Hincapié (Bakker 77'); Andrich, Demirbay; Bellarabi (Paulinho 77'), Adli (Wirtz 69'), Diaby (Exequiel Palacios 91'); y Alario (Schick 69').
Árbitro: Bartosz Frankowski (polaco). Amarilla a los locales Miranda y Pezzella, así como a los visitantes Alario, Tapsoba, Hincapié y Diaby.
Gol: 1-0 (75') Borja Iglesias, de penalti;
1-1 (81') William Carvalho, en propia puerta
Incidencias: Encuentro de la tercera jornada en el Grupo G de la Europa League, disputado en un Estadio Benito Villamarín de Sevilla sin restricciones de acceso (en cuanto a limitación de aforo) por el covid-19. Se dieron cita 39.230 espectadores.