Sólo se le pedía eso

No era partido para experimentos y Berizzo no arriesgó ni lo más mínimo, ni en la estrategia ni en un once en el que metió el mayor número de futbolistas que ya estaban la pasada campaña y estaban acostumbrados a jugar juntos.
Tampoco era un partido para ser vistoso, sobre todo porque el terreno de juego tampoco estaba para jugar tras la fuerte lluvia que había caído, y el Sevilla fue a lo práctico, a dominar mientras pudo, a correr y a aprovechar sus oportunidades. Y lo hizo a la perfección.
El Sevilla hizo lo que tenía que hacer. Sacar un resultado positivo o, al menos, el menos malo para encarar la vuelta ante los suyos. Y no sólo fue bueno sino que pone la eliminatoria muy de cara, pues obliga al rival turco a sacar dos goles de ventaja o ganar por la mínima en un partido con muchos goles, en el Sánchez-Pizjuán, con 40 grados, una afición incondicional y un equipo ilusionado. Salvo catástrofe, está hecho.
Tampoco era un partido para ser vistoso, sobre todo porque el terreno de juego tampoco estaba para jugar tras la fuerte lluvia que había caído, y el Sevilla fue a lo práctico, a dominar mientras pudo, a correr y a aprovechar sus oportunidades. Y lo hizo a la perfección.
El Sevilla hizo lo que tenía que hacer. Sacar un resultado positivo o, al menos, el menos malo para encarar la vuelta ante los suyos. Y no sólo fue bueno sino que pone la eliminatoria muy de cara, pues obliga al rival turco a sacar dos goles de ventaja o ganar por la mínima en un partido con muchos goles, en el Sánchez-Pizjuán, con 40 grados, una afición incondicional y un equipo ilusionado. Salvo catástrofe, está hecho.