El año 2018 que ahora expira ha sido, sin lugar a dudas, un buen año para el fútbol hispalense. En lo que al Sevilla se refiere, la 17/18 debe considerarse de transición, aunque Caparrós llegó al final para salvar los muebles y asegurar, al menos, la presencia de los nervionenses en Europa, aunque haya sido mediante un 'via crucis' de fases previas.
El salto a los despachos del utrerano sigue bajo la lupa, si bien su apuesta por Machín fue todo un acierto, ya que el míster soriano mantiene a los blanquirrojos vivos en las tres competiciones, luchando en LaLiga por el título, tras un notable arranque de la 18/19.
Más regular ha sido el rendimiento bético, ya que, desde la segunda vuelta del ejercicio pasado, todo han sido pasos al frente de un conjunto asentado y en franco crecimiento, vivo en Copa y en Europa, así como al alza en Liga.
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