El Sevilla logró ayer mucho más que tres puntos. Salvó la cabeza de su técnico, sus puntas se cargaron de moral y recuperaron la puntería antes del trascendental partido de Praga, evitó que Valencia y Betis le pasaran, y de haber perdido, también la Real Sociedad; ganó el 'goal average' a los donostiarras, mantuvo la distancia de cinco puntos con la 'zona Champions'...
Todo eso con un partido en el que no se vio a un Sevilla muy diferente al que venimos apreciando en los últimos meses. Un equipo que, como el jueves ante el Slavia y en otros partidos recientes, generó peligro, pero a diferencia de estos, esta vez sí acertó.
Un Sevilla que, como en estos choques precedentes, fue frágil en defensa y sólo la falta de empuje de su rival evitó males mayores. Un Sevilla que está tocado físicamente, pero sigue teniendo casta, coraje y, ahora, goles.