El adiós de Setién ha dejado al descubierto las diferencias en la comisión deportiva del Betis. Setién nunca convenció con su discurso a Serra Ferrer, pero sí logró seducir al dúo Haro&Catalán, que quisieron mantenerle en el cargo en contra de la voluntad del director deportivo.
Aunque Setién roza el ridículo al defender su estilo ("los béticos sólo quieren ganar" o "me gusta el fútbol del Rayo Vallecano y el Huesca" -recién descendidos-, ha dicho en Marca), sus mensajes y su figura han dejado huella en Haro y Catalán. De hecho, el presidente quiere fichar a un entrenador que dé continuidad a las ideas de Setién.
El golpe en la línea de flotación del Betis, por tanto, sigue vivo. Y eso es lo realmente preocupante, cuando lo lógico sería que Haro y Catalán dieran plenos poderes a Serra en la crucial decisión de elegir a un entrenador y un modelo de juego.
Confianza total, medios para trabajar y hacerle responsable de los éxitos y posibles fracasos. Si deciden no soltar las riendas, deberían multiplicar la disposición a la unión y al consenso para evitar que vuelva a perder el Betis.
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