Dos años casi en blanco, varias lesiones, un ostracismo injusto... Nada ha podido con un Carriço que en la etapa de Emery se enamoró de este club y, pese a que el cambio de estilo de Sampaoli lo 'descartó' y tanto Berizzo como Montella lo relegaron, siempre tuvo claro cuál era el lugar donde quería jugar.
Y su rendimiento a lo largo de la pasada campaña y en el arranque de ésta ha respaldado esta decisión. El portugués ha pasado por encima de Kjaer, de Sergi Gómez y, por ahora, de Koundé... y ha regresado a la campeona de Europa.
Nervión tiene la suerte de que se sienta sevillista.