No había marcha atrás,
era un partido para dar un paso adelante y ganar o despedirse de la segunda competición que más alegrías le ha dado al
Sevilla FC en los últimos años. Y bien que lo aprovecharon. Algunos de los menos habituales, como
Escudero y
Sergi Gómez, cumplieron con lo que se les encomendó, otros más intermitentes en el once, como
Óliver Torres, sobresalieron, pero hubo alguien que sólo hizo confirmar lo que ya mostró en el Bernabéu:
De Jong.
El holandés, cuyos goles se han echado mucho en falta en la primera parte de la temporada, parece haber cogido nuevos bríos con la llegada de
En-
Nesyri. En el Bernabéu se calzó un partidazo, aunque el árbitro le privara de la mitad de su premio, y ayer, en la primera final de la temporada, en un partido a vida o muerte, pese a no marcar, le dio la razón a ese
Monchi que sigue jurando y perjurando que sabía lo que fichaba. El
Sevilla, al fin, tiene delanteros que marcan y ayudan a marcar.
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