José Antonio Rivero3 min lecturaEl juicio que se está desarrollando en los tribunales de Barcelona respecto a la presunta violación cometida por Dani Alves aún está en una fase inicial, con numerosos detalles por esclarecer. La acusación, presentada por el Ministerio Público, ha detallado el episodio ocurrido en la discoteca Sutton de Barcelona, donde una joven de 21 años habría experimentado un momento de "angustia y terror" en un baño del establecimiento.
El documento presentado ante la Audiencia de Barcelona narra minuciosamente los eventos del 30 de diciembre pasado. La descripción detallada y cronológica proporciona una visión de la presunta actitud "despectiva y violenta" de Dani Alves hacia la víctima.
La víctima, junto con su prima y una amiga, accedió al reservado 'Moet' de la discoteca, después de ser invitadas por Dani Alves y un acompañante. A pesar de haber rechazado inicialmente la invitación, finalmente accedieron, compartiendo bebidas y charlas. Según el relato, Alves estuvo pendiente de la víctima, llegando a agarrarle la mano en dos ocasiones, intentando acercarla a su área genital. A las 3:20 horas, Alves indicó a la joven que lo siguiera hacia una puerta cercana, sin revelar que se dirigían a una zona privada.
Una vez dentro del baño, Dani Alves cerró la puerta, comenzando, según el documento, a manosear a la víctima con intenciones lascivas. La situación se tornó violenta, con Alves agarrándola por la cintura, bajándole los pantalones, tirándole del pelo y propinándole bofetadas mientras le exigía frases humillantes. A pesar de las reiteradas solicitudes de la joven para salir, Alves se lo impidió, generando una situación de angustia y terror.
La Fiscalía alega que la víctima fue manoseada, se intentó practicar sexo oral sin éxito y, finalmente, fue penetrada vaginalmente sin protección. Después de la agresión, Alves abandonó el baño, dejando a la víctima, quien solicitó abandonar el lugar. La joven se derrumbó, llorando, y fue atendida por el personal de la discoteca, que activó el protocolo para agresiones sexuales.
Alves y su acompañante abandonaron rápidamente el local sin dirigir palabra a la víctima ni a su prima. La Fiscalía solicita nueve años de cárcel para el jugador, argumentando que la víctima padece un "trastorno de estrés postraumático de intensidad globalmente elevada", requiriendo tratamiento psiquiátrico.
El juicio continúa su curso, y la resolución de este caso impactante está por determinarse en los tribunales de Barcelona. La atención pública se centra en la búsqueda de justicia y la revelación de todos los detalles relacionados con este incidente, que ha generado conmoción y debate en la sociedad.