La Iglesia estudia un posible cambio de fecha para la Semana Santa de Sevilla
La Iglesia católica estudia ajustar el calendario de la Pascua para coincidir con la celebración ortodoxa, lo que tendría un fuerte impacto en las cofradías y en la planificación de los festejos religiosos y turísticos de la ciudad

El obispo auxiliar de Sevilla, Ramón Valdivia, a dado a conocer que la Iglesia católica se encuentra abierta a considerar un cambio en la fecha de la Semana Santa con el objetivo de buscar un consenso con la Iglesia ortodoxa, que sigue el calendario juliano. Valdivia, quien preside la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal Española, subrayó que este enfoque responde a la línea ecuménica promovida por los pontífices anteriores y sostenida por el papa León XIV.
Este posible ajuste podría generar un impacto significativo en la celebración más emblemática de Sevilla, ya que las hermandades tendrían que adaptarse a cualquier decisión que adopte la Santa Sede. El obispo aclaró que no existe ninguna animosidad hacia este tema y que las diferencias con las Iglesias ortodoxas son principalmente de calendario, más que doctrinales.
Actualmente, la Semana Santa católica depende del ciclo lunar y se celebra el domingo siguiente a la primera luna llena de primavera, conocida como Luna de Nisán. Esta variabilidad provoca que la festividad pueda situarse entre finales de marzo y mediados de abril, como ocurrió en 2025. La determinación de esta fecha tiene su origen en el Concilio de Nicea, celebrado hace 1.700 años, que fue cuando se estableció la primera luna de primavera como referencia. La diferencia con los ortodoxos se acentuó con la adopción del calendario gregoriano en 1582, tras el Concilio de Trento.
En la actualidad, estas diferencias pueden suponer varias semanas de separación entre ambas celebraciones, aunque a veces coinciden, como sucedió en 2025. Valdivia recordó que la Iglesia mantiene un diálogo continuo con los ortodoxos con la esperanza de alcanzar un acuerdo sobre la fecha de la Pascua, reforzando de esta forma la dimensión ecuménica de la tradición cristiana.
El cambio de calendario tendría repercusiones en la estructura de las festividades sevillanas, incluyendo el turismo y la economía local, y afectaría a otros eventos religiosos ligados a la Pascua, como la cuaresma, el Rocío y el Corpus Christi. Según el obispo, las cofradías han mostrado históricamente una capacidad de adaptación a los cambios y se espera que, de adoptarse la nueva fecha, vuelvan a ajustarse a la decisión de la Santa Sede.
Este esfuerzo por unificar la celebración de la Pascua se remonta a 2015, que fue cuando el papa Francisco ya planteó la posibilidad de fijar el segundo domingo de abril como fecha estable para la Resurrección, restringiendo así el rango de días en el que se celebra la Semana Santa en Sevilla.