Cómo aprovechar cargadores de teléfono antiguos
Hay diversas formas de utilizar todos los cargadores que con el paso de los años se van acumulando por los teléfonos

Sin duda el teléfono móvil es uno de los inventos, por no decir el que más, que más ha revolucionado la vida humana. Es cierto que todos los grandes avances de la tecnología siempre han supuesto hitos nunca antes pensados, y que en su momento parecían imposibles, algo inimaginable de hecho. Pero si hubiera que destacar uno que ha cambiado a la humanidad, junto con internet, ese ha sido el teléfono móvil. Puede ser el más importante primero por el invento en sí, por el cambio que ha supuesto para la vida diaria. Hay miles de cuestiones que hasta hace nada no eran viables, que hoy se hacen de manera rutinaria, y las hace hasta la persona menos dada para las tecnologías. Por otra parte, uno de los elementos que aumentan su importancia claramente es la rapidez con la que se ha extendido.
Hay que tener en cuenta que hasta hace algo menos de dos décadas, nadie tenía un teléfono móvil, en cambio hoy en día parece imposible poder vivir sin uno. Ya no se trata solo de la adicción que el ser humano ha podido desarrollar a nuevas tecnologías como esta, sino que la sociedad entera se ha estructurado en base a los trámites online, a las reservas por internet, a coger cita para el médico a través de aplicaciones… Se trata de un invento que casi no puede obviarse si se quiere vivir en sociedad. Precisamente la rapidez con la que se ha extendido ha hecho que un modelo pase de ser novísimo a esta anticuado en tan cuestión de un par de años. Eso entre otros aspectos ha hecho que elementos como los cargadores, con los cambios de clavija, vayan quedando obsoletos. En casi todas las casas hay un cajón con decenas de ellos y muchos están cerca de ser tirados a la basura, pero lo que no saben es que hay manera de aprovecharlos.
Muchas ventajas
Darle una segunda vida a los cargadores, además del beneficio que puede tener a nivel individual, también lo tiene a nivel global, porque se reduce la contaminación. Pero más allá de eso, se puede convertir el cargador en una batería portátil para algunos dispositivos. Para eso simplemente hará falta un cargador, un conector USB hembra, cinta aislante, resistencias pequeñas y un soldador. Parece un proceso complicado, pero es más que sencillo. Corta primero el cable del cargador y pela los dos cables internos y conéctalos con el USB hembra. Después añade las resistencias y después aísla todas las conexiones para evitar posibles sustos. Una vez hecho esto ya estaría lista una pequeña batería para dispositivos de pequeño tamaño.