Paloma San Basilio, y cómo pudo ser primera dama de uno de los países más importantes

El mundo de los famosos parece muy cerrado, pero realmente la gran mayoría se conocen entre ellos. Es decir, puede parecer una locura o algo surrealista que un político conozca personalmente a algún cantante o viceversa, pero al fin y al cabo es algo totalmente normal por varios motivos. El primero de ellos es que son personas normales. Es decir, en el caso de los presidentes, aunque ocupen un puesto en un gobierno, son personas que en su tiempo libre escucharán música y la disfrutarán igual que cualquier otra persona. De manera que porque no pueden ser fan de algún cantante en concreto y suponerle una cierta ilusión conocerlo.

Por otro lado, más allá de la idolatría que una persona tenga por otra, también es normal que se conozcan por que el dinero llama al dinero. La mayoría de personas que disponen de una buena posición económica se relacionan con círculos semejantes o al menos en entornos muy parecidos. Entonces esto hace que personas que parecen de universos totalmente diferentes, acaben conociéndose e incluso teniendo una cierta relación de amistad. El primer caso, de un presidente que idolatra a una cantante, es el caso de Donald Trump y Paloma San Basilio, una de las cantantes históricas más importante de España.

“Podría haber sido Melania”

Paloma San Basilio es historia vivía de la música de este país ya que en sus carnes vivió desde la dictadura hasta la democracia, siendo desde entonces una persona muy importante para el país. Tal fue su nivel que en el año 1985 fue quien representó a España en Eurovisión, e incluso llegó a ganar un Grammy Latino. A sus 74 años ha sido la protagonista de la última emisión del programa de Risto Mejide, donde ha recorrido algunos de los acontecimientos más importantes de toda su carrera y también de su vida personal. Uno de esos momentos que pocas personas pueden imaginar fue su relación con Donald Trump, al que asegura que rechazó.

En su época de máximo apogeo, Paloma San Basilio cantó en el Atlantic City de Nueva Jersey, propiedad del ahora presidente de Estados Unidos. Una vez allí le dijeron que el dueño quería verla, que había ido solo para verla. Sin embargo, ella se negó alegando que estaba cansada. No fue en esa ocasión, pero sí en otras cuando tuvieron contacto ya que asegura que fue a verla en varias ocasiones pero que nunca sucedió nada entre ellos. “A mi los millonarios nunca me han gustado, lo de la tarjeta de crédito no me atrae nada”, aseguró la cantante.