Arrimando el ascua a su sardina

Estadio Deportivo
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Arrimando el ascua a su sardina
- 17/04/2014
El refranero español, tan sabio, dice que ´cada uno arrima el ascua a su sardina´. Una verdad como un templo, elevada a su máxima potencia cuando hay dinero de por medio. Es lo que sucede en cada negociación. Y la que mantienen Ivan Rakitic y el Sevilla no iba a ser diferente. Es digno de elogio su compromiso. Nadie le puede reprochar nada al croata de Pino Montano. Cuando describe lo a gusto que se siente en el club y en la ciudad, sus palabras suenan sinceras. Y el sevillismo seguirá disfrutando de su excelso fútbol hasta el último día. Pero al mismo tiempo es lícito y plausible que quiera dar un salto en su carrera, cualitativo y cuantitativo. Y que su hermano y representante, Dejan, defienda sus intereses con uñas y dientes.


En este culebrón, la renovación parece lo de menos. Lo que realmente se discute es el precio de venta, porque nadie duda de que el alma de este Sevilla acabará haciendo las maletas en verano, seducido, entre otros, por el todopoderoso Real Madrid... y sus millones. Unos quieren bajar la cláusula lo máximo posible y otros que sea cuanto más alta mejor. Pero en la habilidad negociadora de cada uno residirá el grado de satisfacción de cada parte. No hay que ser mal pensado para darse cuenta de que el hermano del jugador intenta sacarlo al más bajo coste posible porque así su ´gratificación´ por parte del equipo comprador sería mayor, amén de poder negociar también un mejor sueldo. Pero en manos de José Castro y su equipo está el hecho de apretar para sacar la máxima tajada posible. Todos se elogian y se aprecian, pero cada cual arrima el ascua a su sardina.