Todo a lo que ha renunciado Dmitrovic por el Sevilla FC: la intrahistoria

Todo a lo que ha renunciado Dmitrovic por el Sevilla FC: la intrahistoria
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura
Los precontratos los carga el diablo. Si no, que se lo pregunten al Real Betis con Rui Silva, el otro gran portero que queda libre el próximo 30 de junio en LaLiga y por el que se ha peleado media categoría, además de clubes de Portugal, Inglaterra e Italia. Los verdiblancos tienen atado al cancerbero luso hasta 2025, aunque saben que está siendo ofrecido todavía al mejor postor, por lo que deslizaron hace unos días que tiene una cláusula de penalización si, como sospechan, acaba decidiéndose por una propuesta mejor a última hora.

No parece que ese problema vaya a tenerlo el Sevilla FC, que, como avanzó ESTADIO el pasado Día de Navidad, tenía ya muy avanzada la contratación de Marko Dmitrovic, que ha terminado firmando su vinculación con los nervionenses hace unos días. Y plenamente convencido de su decisión, como demuestra el hecho de que el todavía meta del Eibar ha rechazado no ya su renovación, algo que estaba cantado por su crecimiento y la competencia desatada por sus servicios, sino ofertas en firme de varios clubes de la Premier y la Bundesliga, así como de otros equipos punteros de aquí.

Según ha podido confirmar este medio, Betis, Atlético de Madrid, Valencia, Villarreal y Real Sociedad llamaron, junto al Sevilla, a la puerta de la agencia que representa al balcánico, IDUB (la de Iñaki Ibáñez), que estudió y presentó al interesado todas las opciones que se le presentaban, decantándose por los de Lopetegui por varias razones. Y no solamente por la recomendación de su compatriota y compañero de selección Gudelj. Ni siquiera por la insistencia de su amigo Joan Jordán, que también, sino sobre todo por su confianza en que se trata del proyecto en el que mejor puede seguir creciendo.

Humilde y muy trabajador, Dmitrovic llegó al Eibar desde el Alcorcón a cambio de apenas un millón de euros, multiplicando todas las expectativas y convirtiéndose en uno de los porteros que más y mejor sale de su área de LaLiga, así como en uno de los que mejor maneja los pies. Todo ello sin perder reflejos bajo palos (su fuerte), intuición en los lanzamientos de penalti y fiabilidad en el juego aéreo. Un guardameta valiente que también lo ha sido en el siguiente paso de su carrera deportiva.

Lo más cómodo e, incluso, lucrativo era marcharse a la Real. En todos lados iba a tener competencia (Bono aquí, Álex Remiro allí...), aunque quedarse en San Sebastián implicaría evitar una mudanza, ya que la residencia actual con su familia, de hecho, está casi más cerca de Anoeta que de Ipurua. Es más, la diferente fiscalidad en el País Vasco le permitiría cobrar más en Donostia que lo que percibirá en Sevilla durante los tres años (sobre la mesa estaba un cuarto opcional que seguramente se firmará), pero antepuso su deseo a todo lo demás.

No le convenció la llamada extemporánea de Roig ni está del todo convencido de meterse en el maremágnum que es ahora el Valencia, con la masa social che deseando echar a Peter Lim, pese a que le habría sido más sencillo a priori desbancar a Jaume Doménech del Valencia. Su tipo de fútbol no le encajaba en un hipotético futuro colchonero, pese a que le deslizaron que Oblak saldrá en verano para hacer caja y no tendrá que conformarse con las 'sobras' coperas, pues, aunque en el Wanda se forraría, entiende que también evitaría una revalorización que sí espera en Nervión.
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