Cuando la clasificación no se corresponde con el valor de mercado

A falta de 10 jornadas para la conclusión del campeonato liguero, la pelea por Europa y el descenso está al rojo vivo. Dentro de ellas, hay una serie de equipos que se presumía que estarían metidos a comienzos de temporada. Sin embargo, hay otros que no se esperaba que a estas alturas del año estuvieran donde están, ya sea por presupuesto, por valor de mercado, por plantilla, por historia, etc. Estamos hablando de los Getafe, Alavés, Celta de Vigo, Villarreal...

Quitando a los tres grandes (Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid), que encabezan la clasificación tanto en puntos como en valor de la entidad, la primera sorpresa de la lista es el Getafe de Pepe Bordalás. A la espectacular temporada que está realizando a base de solidez y contundencia en las dos áreas (tiene a Jorge Molina con 12 goles, al canario Ángel con 10 y al pichichi nacional Jaime Mata con 15, y es uno de los equipos menos goleados), hay que sumarle el mérito de estar posicionado 4º en puestos de Champions League siendo el equipo con el decimocuarto valor de mercado (93'5 millones de euros). Algo similar le ocurre al Alavés del Pitu Abelardo. Con un método diferente al de Bordalás, el asturiano también está sabiendo sacar el máximo rendimiento a sus futbolistas sin tener una de las plantillas más caras del torneo. Se sitúan 5º, cuando la clasificación del valor del mercado a principios de la presente campaña les situaba decimoquintos con 90 millones de euros. Dos entrenadores que a base de trabajo y dedicación, están sabiendo exprimir todo el fútbol y las virtudes que tienen en el plantel.

Por su parte, Sevilla y Betis se sitúan más o menos en las posiciones que su valor de mercado indica, aunque las irregularidades ya le hayan costado el puesto a uno (Pablo Machín), y pongan constantemente en duda a otro (Quique Setién). Quinto y sexto por el nivel de la plantilla (283 millones y 243 millores, respectivamente), sexto y octavo actualmente para seguir en la pelea por Europa. Dos plantillas con jugadores de mucho nivel como pueden ser Banega, Canales, Ben Yedder o Lo Celso que tienen la obligación de acabar lo más alto posible.

De los de arriba, la “gran decepción” es el Valencia. Por su valor de mercado (353 millones de euros), debería situarse 4º en liga, ocupando actualmente la séptima posición. Sin embargo, en el cómputo general, Marcelino y su cuerpo técnico están realizando un buen trabajo en el conjunto ché, al que además de tenerlo en la lucha por la Champions (están a 6 puntos), lo tienen en cuartos de final de la UEFA Europa League y en la final de la Copa del Rey. El Eibar es otro ejemplo de buena gestión de recursos deportivos. Con 83'8 millones de euros de valor de mercado, debería situarse el decimoséptimo, pero la realidad es que Mendilibar está muy adaptado a Ipurúa, y su undécimo puesto así lo demuestra.

En la parte de abajo también encontramos sorpresas. Los recién ascendidos Valladolid, Rayo Vallecano y Huesca son los clubes con menos valor de mercado de LaLiga Santander (63'6 millones, 71'3 millones y 46'8 millones, respectivamente). El Valladolid es el único que está “superando” las expectativas, ya que está fuera del descenso dos puestos por encima. A pesar de ello, los tres siguen teniendo esperanzas de salvarse. Los que no están cumpliendo con lo esperado son el Celta de Vigo y el Villarreal. Dos equipos teóricamente estructurados y planificados para pelear por Europa, llevan una temporada muy por debajo de su verdadero nivel. Los gallegos, con la plantilla con el octavo mayor valor de mercado (219'7 millones de euros), se encuentra decimoctavo en descenso a cuatro puntos de la salvación. Varios cambios de entrenador y la duradera ausencia de Iago Aspas ha mermado mucho al equipo. El caso del Villarreal es muy parecido. Décimo en el valor de mercado (192'5 millones), el 'Submarino Amarillo' lleva toda la liga coqueteando con el descenso, aunque parece que su buen hacer en la Europa League y la vuelta de Calleja al banquillo le han permitido recuperar la ilusión para salir a flote en los meses que quedan.