Una trayectoria fulgurante

Gerena: los pioneros del "monstruo"

Con casi una década de vida está a un paso de un histórico ascenso a Segunda B. Por ello, ESTADIO ha hablado con los precursores.

Gerena: los pioneros del "monstruo"
Una de las formaciones del Gerena en sus comienzos en el fútbol provincial; ahora, a un paso de Segunda B. - A. F./C. V./G. N.
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Hoy en día, todo el fútbol sevillano sitúa en el mapa balompédico provincial al Gerena. Todos conocen a José Juan Romero, alma máter rojinegra; a su sempiterno capitán Rafa; la velocidad de Iván; la zurda prodigiosa de Francis; la fortaleza defensiva de Nacho; Tore y su brújula futbolística... Son los actuales héroes del Gerena, los protagonistas de ese “monstruo”, tal y como define el entrenador minero a su equipo.

Sin embargo, la breve historia gerenense cuenta con otra pléyade de héroes. En esta ocasión, son anónimos, secundarios de oro que fueron los precursores de un equipo singular que hace las delicias de todos. Fueron los pioneros del actual Gerena. “Antes, para vernos en alguna foto, teníamos que buscar ESTADIO Deportivo. Ahora, sale en todos lados”, declara Curro, que junto a jugadores, entre otros, como Felipón, Antonio, José, Miguel, Leo, Francis, Pesca, Pineda o Gato, comenzaron a forjar la historia rojinegra. Por ello, ESTADIO quiso conocer cómo recuerdan aquel inicio. Y es que mucho ha cambiado el Gerena de aquel proyecto que inició José Juan Romero, fraguado en un torneo de fútbol sala que se celebraba en la localidad minera. De ahí nació en 2006 la inquietud de formar un equipo de fútbol 11 gerenense, un club que no podía imaginar que nueve años después, y tras cuatro ascensos, pudiera situarse en la tercera categoría nacional.

Miguel Romero: “Yo empecé regando el campo”
“Trabajamos juntos en una gestoría. Un día llegó a la oficina y dijo que iba a federar un equipo y me pidió que jugara. Yo estaba operado de la rodilla, había dejado el fútbol, pero me lo pidió, y dije que a ver cómo salía la cosa”. Así relata el hermano de José Juan Romero cómo le convenció para que formara parte de aquel Gerena de 2006, donde él empezó “regando el campo”. “Aquel día José Juan tenía la misma seriedad que la de ahora. La profesionalidad se mantiene, y él es muy culpable de eso. Gracias a él llegamos a pensar sólo en fútbol, se metió en nuestros cerebros”, dice el que era mediocentro defensivo, que relata cómo está viviendo la familia Romero esta historia donde su hermano es protagonista: “Lo estamos disfrutando y sufriendo con él, vemos cómo se lo toma y esto es su vida”.

Curro: “Para mí eran mi familia”
Curro ha sido de los pioneros más longevos, abandonando el Gerena a inicios de la 13/14. “Cuando empezamos en 2006 quién nos iba a decir dónde iba a llegar cuando comenzamos en un campo de albero, jugando al toque con un balón que pegaba mil botes. En aquella época José Juan limpiaba los vestuarios con Antoñín (Antonio Carrasco, actual presidente). Pero el secreto fue el grupo. Para mí eran mi familia. Éramos chavales de 20 años y no salíamos por jugar. Si había que entrenar un día de descanso, íbamos todos. Perdíamos dinero por entrenar”, señala el carrilero izquierdo.

José: “Soñé con el ascenso”
“La otra noche soñé con la fiesta del ascenso”, declara José, delantero centro rojinegro de los primeros años mineros y autor del primer gol al Guillena, rival gerenense: “En la vida había jugado al fútbol, pero en el torneo de fútbol sala que había en el pueblo me enfrenté al equipo de José Juan. Recuerdo que jugar en albero era complicado; alucinábamos cuando lo hacíamos en césped. Los entrenamientos eran durísimos; en las segundas partes siempre estábamos más fuertes que los rivales. José Juan te sacaba lo mejor de ti, como hace ahora. Me siento en el campo y se me cae la baba de verlos”.

Felipón: “José Juan me vino y no me lo pensé”
La llamada de ESTADIO pilla a Felipón en Suráfrica, donde ahora trabaja. A pesar de la distancia, el que era portero no puede evitar la “emoción” al hablar del Gerena. “Todo esto lo estoy viviendo así, y con mucho orgullo también”, dice el aznalcollero, que explica su llegada al equipo del pueblo vecino: “José Juan me conocía del futbito, sólo de eso. Me llamó por teléfono y me dijo que había creado un equipo y que quería contar conmigo para la portería, y ni me lo pensé. Pero lo primero que me dijo es que debía perder 20 kilos para ser futbolista. Así que mientras el resto jugaba, yo entrenaba”. Por motivos laborales dejó el Gerena, lo que no le impide seguir sus andanzas: “Cada vez que vuelvo por allí voy a verlo jugar. Regresaré este verano, y si me lo encuentro en Segunda B sería maravilloso”, admite.

Francis: “Estaré en Tarragona”
“Me siento orgulloso por ellos”, señala Francis, historia viva del Gerena tras militar el central y mediocentro las dos primeras temporadas (06/07 y 07/08). “Empezamos de la nada, en un campo de albero, y luego, cuando lo hacíamos en césped el equipo daba un salto de calidad. Cuando salíamos a jugar fuera los adversarios alucinaban. Incluso, ahora, me encuentro con rivales de aquella época y me recuerdan lo bien que jugábamos”, dice, destacando también que: “El grupo era una piña. Era tremendo. Quedábamos muchas veces para cenar. Por ello, voy a estar en Tarragona con ellos”.

Antonio: “Fueron mis mejores años”
Antonio, conocido como el ‘Tanque’, pasó a los anales de la historia del Gerena al anotar el gol del ascenso a Primera Andaluza contra el Ciudad Jardín. “La idea de José Juan se cumplió en ese gol. La tocó todo el equipo y el último fui yo. Suponíamos que Primera Andaluza o Tercera era el tope, pero este equipo no tiene”, rememora el ariete, que estuvo cuatro campañas: “Desde la época de regional y Preferente la idea siempre ha sido la misma. Fui a verlo y le pregunté si podía entrenar; José Juan me dijo que allí cabía todo el mundo. Fueron los mejores años de mi vida”.

Gato: “Jugué por Manuel Santos”
“Llevaba cinco años sin jugar al fútbol, y me enteré que José Juan iba a hacer un equipo. Le pregunté si podía tener sitio, y me dijo que sí. Siempre se trabajaba con balón, que decía que estaba por delante de todo. Por eso llegué a tener problemas con mi novia, llegué a quererlo más a él que a ella”, dice entre risas Gato, polivalente futbolista que vistió de rojinegro porque se propuso “superar un reto”: “Manuel Santos era mi amigo y los dos íbamos a jugar, pero él murió. Yo pesaba ocho kilos de más, y me dijo el entrenador que tenía que perderlos para jugar. En medio año me puso como una moto, y lo conseguí”.

Pineda: “Incluso cansado, quería ir”
“Yo jugué en el Gerena los dos primeros años, en Segunda Sénior, que era una categoría muy sufrida, pero subimos contra el Rinconada”, recuerda el portero Pineda, a quien la edad le impidió seguir: “José Juan hacía los entrenamientos de una manera que yo nunca antes había visto, haciendo grupo, pero me cogió ya veterano y no podía compaginarlo con el trabajo. Me echaba las rodillas y los codos abajo, pero incluso muerto de cansancio quería ir”. Y es que, el meta no olvida aquellos dos años: “En cuanto a grupo, fueron las dos mejores temporadas de mi vida. Yo era veterano, pero me engancharon”.

Leo: “La primera, en la grada”
Leo ha vivido dos experiencias como jugador rojinegro, recordando la primera con cariño. “Yo llegué en la segunda temporada, con el Gerena en Segunda Sénior, ya que la primera la vi desde la grada porque estaba en juveniles. A falta de ocho jornadas hacía falta un empujón para ascender”, y ahí fue donde apareció un delantero que, tras su buen hacer y sus goles en el Gerena, con el que llegó a Primera Andaluza, pasó por el San Juan para recalar de nuevo en el equipo de su pueblo, esta vez en Tercera: “Todo esto no se ha hecho en un día, se necesita constancia y preparación para esta locura”.

Pesca: “Yo era el organizador”
El padre de Pesca, Lucas, fue uno de los primeros directivos que tuvo el Gerena. “Él colaboraba con lo que le dijeran que hiciera”, dice un futbolista que fue convencido por José Juan Romero en una pista de futbito: “Yo tenía 22 años y me preguntó si quería jugar en el nuevo equipo que se iba a fundar. Yo ya había jugado en Olivares, y de ahí me conocía. Me ponía de centrocampista organizador”. Pesca, que ahora es socio del club, destaca que en los comienzos las ideas del entrenador gerenero eran las mismas que las de ahora. “Se trabajaba el aspecto físico, claro, pero siempre con la pelota presente”, señaló.