Así nació la norma del fuera de juego posicional (y el debate que sigue vivo)
Tras más de 150 años vigente, a lo largo de los cuales ha ido perfeccionándose con múltiples matices, la regla del fuera de juego sigue siendo una de las más controvertidas entre los aficionados al fútbol

El fútbol y la polémica van prácticamente de la mano, siendo la regla del fuera de juego la que más controversia ha generado históricamente. La misma lleva más de 150 años vigente, pero a lo largo de todo este tiempo ha experimentado una evolución que ha permitido perfeccionarla, lo que no significa que se haya acabado con el debate.
Fue en 1863 cuando el primer reglamento de la Football Association (FA) introdujo esta revolucionaria norma para evitar que los jugadores se adelantaran demasiado y permanecieran constantemente cerca de la portería para anotar fácilmente. Por entonces, sin embargo, todos los pases hacia delante se consideraban antirreglamentarios, asemejando el fútbol al rugby, donde es obligatorio dar pases solo hacia atrás.
La 'regla de los tres oponentes'
Sólo tres años después, en 1866, llegó el primer cambio, estipulando la propia FA que era necesario que hubiese hasta tres jugadores, incluido el portero, por detrás del delantero rival que recibía la pelota para no caer en fuera de juego, de ahí que se conociera como ‘regla de los tres oponentes’. Esta norma clásica fue una adaptación de las Reglas de Cambridge que sentaron las bases del fútbol moderno, las cuales hacían referencia a cuatro jugadores o más.
Seis décadas después, en 1925, dejaron de ser necesarios tres jugadores para romper el fuera de juego, reduciéndose a dos, como actualmente, que son mayoritariamente el portero y otro defensor. De este modo, se consiguió dar más facilidades a las defensas para inhabilitar a los delanteros contrarios, introduciendo con el paso de los años matices como erradicar el fuera de juego en los saques de banda, puerta o esquina, así como en aquellas jugadas en las que el delantero partiese desde su propio campo. Pero aún se le añadió otro importante cambio en 1990, cuando se pasó a considerar posición legal el hecho de que un atacante estuviese en línea con el penúltimo defensor.

Hoy en día, la regla 11 de la IFAB reza así: “Un jugador estará en fuera de juego si: cualquiera parte de su cabeza, cuerpo o pies se halla más cerca de la línea de meta contrario que el balón y el penúltimo adversario. No se tendrán en consideración las manos ni los brazos de los jugadores, incluidos los de los guardametas”.
El fuera de juego posicional
El gran debate residía, sin embargo, en la actividad o pasividad del atacante. Por ello, en el año 2005 se implantó la norma de no considerar en fuera de juego a aquellos jugadores que, pese a estar en posición antirreglamentaria, no participasen en la jugada. Es el llamado fuera de juego posicional, que ha generado infinidad de polémicas por la dificultad para interpretar cuándo afecta dicha posición en la reacción del defensor o el portero y cuándo no.
Esto ha hecho que cada año se agreguen al reglamento nuevos matices. Pero la gran revolución llega en 2016 con la introducción del VAR, que no trajo un cambio en las normas, pero sí ha ayudado a reducir de forma importante el margen de error arbitral, especialmente en acciones controvertidas como el fuera de juego.

La 'Ley Wenger'
Aparte de servirse de la tecnología de videoarbitraje y del fuera de juego semiautomático, con 29 puntos monitorizados en cada jugador y hasta 50 tomas por segundo que consiguen una mayor inmediatez y exactitud, la última idea aprobada por la FIFA tiene al técnico francés Arséne Wenger como impulsor. Es la conocida como ‘Ley Wenger’, que sostiene que un jugador solo sea considerado en fuera de juego si todo su cuerpo está por delante del último defensor, y no solo una parte del mismo, como se aplica actualmente. El debate, por tanto, sigue vivo y se auguran nuevas modificaciones en la regla.