Raphinha, no convocado por Brasil, continúa su recuperación tras más de seis semanas de baja
La lesión en el bíceps femoral de Raphinha no evoluciona como estaba previsto y el brasileño suma seis semanas fuera de los terrenos de juego. Aunque el Barça descarta una recaída grave, su ausencia seguirá al menos hasta Vigo. Flick no quiere correr riesgos y, mientras, desde Brasil, Ancelotti no lo incluye para el próximo parón
Cuando Raphinha abandonó el Carlos Tartiere en el minuto 65, a finales de septiembre en aquella jornada 6 de LaLiga, lo hizo con molestias que ya invitaban a la cautela. Las pruebas médicas posteriores confirmaron una lesión en el tercio medio del bíceps femoral del muslo derecho, con un pronóstico inicial de tres semanas de baja. Sin embargo, el calendario no perdona y el reloj sigue avanzando: ya han pasado más de seis semanas y el extremo brasileño continúa alejado de la dinámica de grupo. La evolución no ha sido la esperada y, aunque desde el cuerpo técnico insisten en que no existe recaída, el caso empieza a generar preocupación interna.
Durante el parón de selecciones se habló de un empeoramiento, alimentado por una semana irregular de entrenamientos. El jugador llegó a completar parte de una sesión con sus compañeros, pero volvió a desaparecer al día siguiente, lo que reavivó las dudas. Desde dentro del club lo desmintieron con rapidez: las sensaciones simplemente no eran lo suficientemente buenas para acelerar su vuelta con ‘El Clásico’ en el horizonte.
En este punto de la temporada, Raphinha ni siquiera ha recibido una fecha orientativa para reaparecer. No estuvo ante el Elche, tampoco estará frente al Brujas y, aunque hay optimismo de cara a su posible presencia en Vigo, lo cierto es que el plan es no forzar absolutamente nada. Primero deberá completar entrenamientos parciales sin dolor, algo que todavía no ha sucedido con normalidad.
Incertidumbre en un calendario exigente
Lo más preocupante para Hansi Flick no es solo la aportación futbolística del brasileño. Su liderazgo en el vestuario también se echa de menos. Raphinha, uno de los capitanes con mayor peso, es una figura clave en la gestión emocional del equipo. En este curso únicamente ha podido disputar siete encuentros, seis de LaLiga y uno de Champions League, en los que ha sumado 3 goles y 2 asistencias. Su ausencia ha coincidido con las tres derrotas dolorosas de octubre.
A esta lista se suman otras bajas que han mermado la estabilidad de la plantilla: Joan Garcia, Pedri, Gavi… Todos ellos pilares estructurales dentro del ecosistema azulgrana. El Barça se ha resentido especialmente en choques de máxima exigencia competitiva.
Brasil lo deja fuera
Ante esta situación Carlo Ancelotti, seleccionador de Brasil, ha decidido dejarle fuera de la convocatoria para el próximo parón. La posibilidad de que el futbolista viajara con su selección, incluso recuperándose, inquietaba al equipo técnico azulgrana, que ahora respira aliviado. La prioridad es su salud muscular, y el riesgo de una lesión mayor está descartado de plano por Flick. La única opción para un cambio de situación sería un imprevisto en la lista de Brasil, escenario que tampoco convence al club.
En el vestuario aseguran que Raphinha ya está entrando en la recta final de su proceso, y que esta semana será determinante para evaluar respuestas musculares. Aun así, nadie quiere saltarse pasos. No es un secreto que el equipo necesita a sus titulares sanos para afrontar la presión creciente del calendario.

Un Barça que convive con la enfermería
Hansi Flick lo resumió con naturalidad antes del choque ante el Elche: “Las cosas van así a veces. Empiezas con una lesión, después dos más… Hay que aceptarlo”. Un mensaje que pretende calmar la tormenta mediática, pero que no oculta una realidad evidente: sin margen de plantilla, la exigencia castiga doble.
El técnico alemán sabe que el campeonato apenas está en noviembre y queda muchísimo camino por recorrer. Por eso se extremarán las precauciones con un futbolista determinante dentro y fuera del campo. El regreso de Raphinha no será acelerado. El Barça lo quiere para los partidos importantes. Y, sobre todo, lo quiere sano.