Haro y Catalán, 'ABA': la nueva 'Mayoritaria'
Si Lopera llegó a controlar más del 51% de la sociedad, el nuevo reparto accionarial tras la ampliación de capital implica que el villaverdero y el hispalense, por sí solos, poseen el 39%

A pocos días de la Semana Santa de este 2024, el pasado 23 de marzo, fallecía a los 79 años uno de los nombres más importantes en la historia del Real Betis Balompié. Para bien y para mal, amado por unos y odiado por otros, incluso odiado a la postre por los que le amaron, Manuel Ruiz de Lopera fue genio y figura hasta sus últimos días. Dirigente de los de antaño, seguramente denostados por las formas y el fondo en el fútbol actual, el de El Fontanal fue, por encima de todo, un empresario hecho a sí mismo, desde sus orígenes como ditero y prestamista a sus pinitos en el mundo de la construcción. Saltó a la fama en 1992 con la conversión de la mayoría de los clubes españoles en Sociedades Anónimas Deportivas, abriendo a deshoras, según cuenta la leyenda, el Banco Hispanoamericano para conseguir el dinero que faltaba y hacerse con el 51,34% de las acciones de la sociedad. Nacía la 'Mayoritaria'.

Presidente las menos veces y consejero delegado las más, Lopera quedó contra las cuerdas judiciales por la denuncia de varias plataformas (la que llegó hasta las últimas consecuencias, léase el Supremo, fue 'Beticos por el Villamarín', incluso tras el fallecimiento de su impulsor, Hugo Galera), que le obligaron a vender, primero, y a tener que asumir que los juzgados declaran nula la compra de gran parte de ese paquete principal de títulos, reducido a menos del 20% en sus últimas juntas con participación indirecta. Declaró el Alto Tribunal que nunca costeó el 31,34% del casi 52% del que presumió, aunque ya para entonces se había conseguido un pacto que acababa con años y años de intervención externa (hasta un concurso de acreedores) para dar paso al llamado 'Betis de los béticos'. Así lo prometieron Ángel Haro y José Miguel López Catalán, dos jóvenes empresarios de la provincia que traían savia nueva, ambición, modernización y profesionalización.
Qué duda cabe de que, incluso pese a la perniciosa pandemia y a la necesidad de recurrir a préstamos, refinanciaciones y una ampliación de capital, la institución goza de buena salud financiera. Sus detractores lo ponen en duda, aunque habría que distinguir entre las deudas y los compromisos de pago aplazados, a los que han de someterse casi todos los mortales hoy en día. Ocurre que, como bien desgrana el querido Mateo González en 'Alfinaldelapalmera', no hay ni rastro de aquella atomización deseada. Antes al contrario, entre Touzi Soccer SL (la empresa de Haro) y LC Balompié (la de Catalán) controlan ya el 39% del nuevo mapa accionarial, a los que hay que sumar los afines Joaquín Sánchez (3,32%), Ozgur Unay (1,35%) y Carlos González de Castro (1%), consejeros estos dos últimos. Los hasta ahora opositores Joaquín Caro Ledesma, Familia Galera o Manuel Castaño no reúnen ni el 14%.
Hay, por tanto, una nueva 'Mayoritaria', capaz de aglutinar prácticamente la mitad de la asamblea y, por tanto, de controlar el resultado positivo de las votaciones. Como ocurre en otros grandes clubes españoles, por otra parte, algunos de ellos con ese capital extranjero al que, con una de las modificaciones estatutarias que saldrá adelante el próximo 17 de diciembre de 2024, se dará paso también en verdiblanco. A partir de aquí, habrá que replantearse los juicios de valor de antaño y valorar a los que mandan (porque se han gastado un pastón, 25 millones de euros nada más y nada menos) por lo que prometan y cumplan. De momento, ahí está la nueva Ciudad Deportiva Rafael Gordillo, el nuevo Gol Sur y, a dos años vista, la terminación y remodelación completa del Benito Villamarín. Todo ello valdrá de poco si el crecimiento sostenido tanto de la cantera como del primer equipo no se ve materializado en logros deportivos, los que indiscutiblemente sostienen y aúpan a cualquier entidad.
