El Levante firma un inicio dramático en casa y revive a los fantasmas del descenso

El Levante ha comenzado la temporada como el peor local de Primera división, con cuatro derrotas y un solo empate en cinco partidos disputados en el Ciutat de València. Las cifras, peores que las del curso 2021-22 que terminó en descenso, alertan a una afición que ya reconoce patrones peligrosos pese al buen rendimiento fuera de casa

El Levante firma un inicio dramático en casa y revive a los fantasmas del descenso
El Levante, peor equipo como local en LaLiga - CORDON PRESS

El Levante vive un momento crítico cada vez que pisa su estadio. Tras cinco jornadas como local, el equipo acumula cuatro derrotas y un empate, lo que lo convierte en el peor conjunto de Primera división en casa. Para más preocupación, estos datos empeoran los registros iniciales del curso 2021-22, una temporada que terminó con un descenso doloroso a Segunda división. Los temores se han reactivado en el Ciutat de València.

Los de Julián Calero han caído esta temporada frente a Barcelona, Real Madrid, Rayo Vallecano y, más recientemente, ante el Celta de Vigo por 1-2. El único punto como local llegó en un sufrido empate ante el Real Betis el ya lejano 14 de septiembre. Además, el equipo ha encajado 14 goles como local, siendo el bloque más vulnerable de la categoría frente a su afición.

Aquel arranque de la temporada 21-22 al menos dejó varios empates ante rivales importantes. Fue necesario esperar hasta la jornada 20 para conquistar la primera victoria en casa, ante el Mallorca por 2-0 en enero de 2022. El paralelismo es tan evidente como preocupante. En la campaña 2007-08 también se había producido un registro idéntico, y el desenlace volvió a ser el descenso.

Una derrota cruel y de alto impacto

La última caída ante el Celta fue especialmente dolorosa. El equipo quedó con diez jugadores durante más de una hora, falló un penalti decisivo, logró empatar un partido que se había puesto cuesta arriba y, cuando el estadio empujaba, recibió un gol en el añadido. Las sensaciones fueron buenas, la actitud ejemplar, pero los puntos volvieron a escaparse. De sensaciones no se vive y la tabla clasificatoria ya empieza a preocupar.

El público reconoció el esfuerzo, pero a nivel competitivo, el margen es inexistente. El Levante coquetea con el descenso y los errores como local se pagan caro.

Un centro del campo bajo mínimos

El rompecabezas próximo pasa por el centro del campo. Ante el Atlético de Madrid, el técnico granota, Julián Calero, contará únicamente con Jon Ander Olasagasti y Kervin Arriaga como mediocentros disponibles. Unai Vencedor está sancionado, Pablo Martínez sigue lesionado del tobillo y Oriol Rey continúa debilitado tras perder hasta cinco kilos por un virus.

La falta de piezas obliga a mirar al mercado de invierno con preocupación anticipada. A nivel táctico, Calero deberá ajustar movimientos y roles sin apenas margen de maniobra.

Confiados a Kervin Arriaga

Dentro del caos, aparece una noticia positiva. Kervin Arriaga firmó un partido sobresaliente ante el Celta, marcó su primer gol con la camiseta granota y sostuvo el centro del campo cuando el equipo se quedó con diez. Su despliegue físico fue aplaudido por la grada, pero su responsabilidad aumenta: él y Olasagasti serán los únicos mediocampistas naturales disponibles para visitar al Atlético del Cholo Simeone. El club no puede permitirse más bajas en esa zona.

El próximo encuentro en casa será el 29 de noviembre ante el Athletic Club. El Ciutat de València ya lo tiene marcado en rojo. De momento, la clasificación concede algo de tranquilidad: el Levante suma nueve puntos gracias a sus victorias fuera de casa y, por diferencia de goles, se mantiene fuera del descenso. Pero la estadística es contundente: los descensos suelen cocinarse en casa.