El Mallorca se desangra atrás y Arrasate enciende las alarmas

Los bermellones, hundidos por sus errores defensivos, son el peor equipo de LaLiga en las primeras partes

El Mallorca vuelve a tropezar con la misma piedra. La defensa, que hace no tanto era un muro, hoy es un agujero negro que devora puntos y confianza. Ante el Levante, en una tarde marcada por la lluvia y por el homenaje a Raíllo y Valjent, el equipo volvió a mostrar sus grietas más profundas. El partido, que debía servir para celebrar la fiabilidad de su zaga, acabó convirtiéndose en otro episodio más de desajustes, despistes y desconexiones.

Un homenaje a Raíllo y Valjent que se torció

El día empezó con aplausos. Los capitanes recibieron el reconocimiento por sus 300 y 250 partidos con la camiseta bermellona. Pero los vítores se apagaron pronto. Apenas 12.964 aficionados desafiaron el diluvio para acudir a Son Moix, y a los 22 minutos ya se lamentaban. Etta Eyong castigó la pasividad defensiva mallorquinista con el 0-1, en una jugada que retrató a toda la zaga: Raíllo y Valjent mal perfilados, los laterales descolocados y un portero vendido.

Era el octavo partido —de diez— en el que el Mallorca empezaba perdiendo. Una estadística que pesa más que cualquier racha ofensiva.

El espejismo de la reacción del Mallorca

Tras su convincente victoria en el Sánchez-Pizjuán ante el Sevilla (1-3), la afición esperaba continuidad. Pero la ilusión se evaporó con los primeros errores en defensa. El Levante se sintió cómodo, aprovechando los espacios y las dudas del rival.

El único que sostuvo al equipo fue Leo Román, con dos intervenciones de mérito. La más clara, un paradón en el minuto 70 a Manu Sánchez, tras otra pérdida de Mojica y una cobertura tardía de Maffeo. El meta evitó el segundo gol, pero no podía tapar todos los huecos.

Paradójicamente, fue el propio Maffeo quien firmó el empate con un derechazo desde fuera del área en el minuto 79. El lateral, que había vivido un verano tenso por su deseo de salir, celebró el gol con rabia. Un tanto que sirvió de redención personal… y de poco más.

Arrasate explota: “Eso no nos puede ocurrir”

El tramo final fue un caos. Con el Mallorca volcado al ataque, un córner a favor terminó en un contragolpe del Levante que a punto estuvo de costar el partido. Morales rozó el 1-2 y Leo Román volvió a salvar a los suyos con otra parada decisiva. La bronca de Jagoba Arrasate no se hizo esperar: “Eso no nos puede ocurrir”, lanzó tras el encuentro, visiblemente frustrado por la falta de atención atrás.

El técnico sabe que su equipo ha perdido las señas de identidad. La solidez defensiva, el orden y la agresividad que definieron su etapa anterior hoy brillan por su ausencia.

Los números del desastre del Mallorca

Los datos son demoledores: el Mallorca ha empezado perdiendo en ocho de los diez partidos de esta Liga, y es el peor conjunto en los primeros tiempos, con solo cinco puntos sumados, tres goles a favor y diez en contra antes del descanso.

La zaga no encuentra equilibrio, los laterales sufren y los centrales acumulan errores impropios de su experiencia. Ni la veteranía de Raíllo ni el compromiso de Valjent bastan para sostener a un equipo que se desmorona en cuanto recibe el primer golpe.

Sin margen de error para Arrasate

Arrasate tiene trabajo. El calendario aprieta y el Mallorca necesita recuperar la solidez que lo llevó a asentarse en Primera. “Hay que ser más contundentes atrás”, repite el cuerpo técnico. Sin ese cambio, los bermellones volverán a vivir otro año mirando de reojo al descenso.

La afición lo sabe. Aplaude cuando el equipo ataca, pero cada pérdida de balón genera un murmullo colectivo: miedo. Porque en Son Moix, hoy, defender se ha convertido en un problema de fe.