Osasuna prepara el blindaje de la última perla de Arrasate

Pablo Ibáñez es uno de esos nombres que son protagonistas de historias de que en el fútbol, como en la vida, siempre hay segundas oportunidades y esto fue lo que le pasó al hoy jugador de Osasuna. En 2014, cuando militaba en la cantera rojilla del Tajonar, Pablo Ibáñez vio como desde la entidad navarra le invitaban a salir ya que no contaban con él.

Ibáñez no bajó los brazos y tras pasar por Unión Deportiva Mutilvera y San Juan, entre Tercera y Segunda B, volvió al Tajonar en 2021 para el filial osasunista. En abril de 2023, Pablo Ibáñez le da la vuelta a la historia y es titular indiscutible para Osasuna, además se convierte en uno de los ídolos de la afición al marcar el gol navarro en la prórroga ante el Athletic Club de Bilbao en las semifinales de la Copa del Rey.

Pablo Ibáñez tiene contrato hasta 2024 con opción a uno más

A día de hoy, Pablo Ibáñez tiene contrato vigente con Osasuna hasta 2024 con opción a uno adicional en función de los objetivos conseguidos. La cláusula de rescisión es de 25 millones de euros y según informa el Diario de Navarra, ambas partes están pendientes de sentarse en esta semana para negociar una ampliación que vaya más allá de ese año 2025.

De Pablo Ibáñez se hablan maravillas en Osasuna y se le define como un jugador con físico, inteligente, con capacidad de llegada y que nunca se desconecta de los partidos, además y muy importante, cuenta para Jagoba Arrasate que ha sabido integrarlo a la perfección en el primer equipo y ponerlo a competir en la élite.

Apuesta clara por la cantera

Por lo tanto, la historia de Pablo Ibáñez, aunque se torció en sus inicios, se volvió a encauzar gracias al tesón del propio futbolista y a la buena vista de Osasuna que nunca dejó de seguirlo en su trayectoria por las diferentes categorías por las que se movió antes de llegar a jugar en LaLiga. La renovación de Pablo Ibáñez se sumaría a la ya consagrada de Iker Muñoz hasta 2027. Esta es una clara apuesta por las jóvenes promesas que vienen apretando desde atrás y el ejemplo perfecto es el de Ibáñez, Iker Muñoz y también el de Aimar Oroz. En menos de año y medio, han pasado de compartir once en el filial a hacerlo ya en dos ocasiones en el primer equipo rojillo.