Guillermo Almada asume el mando del Real Oviedo: primera rueda de prensa y cambios en el equipo

Guillermo Almada ya ejerce como nuevo entrenador del Real Oviedo en un momento delicado a nivel deportivo y social. En su presentación, el técnico uruguayo afrontó sin rodeos la situación del equipo, el poco margen de trabajo y la necesidad de reconectar con la afición desde el compromiso, el juego y los resultados

El Real Oviedo inicia una nueva etapa con Guillermo Almada al frente del banquillo en un contexto marcado por la urgencia. El equipo atraviesa una situación deportiva comprometida, el ambiente en la grada es exigente y el calendario no concede tregua. Con ese escenario como telón de fondo, el técnico uruguayo se presentó ante los medios dejando claro que el margen de error es mínimo y que la única vía para cambiar la dinámica pasa por el trabajo diario y lo que el equipo sea capaz de mostrar en el césped.

Almada reconoció desde el primer momento que el tiempo de preparación es escaso antes del próximo compromiso de liga, pero subrayó la importancia de que el equipo transmita una identidad clara desde ya. “Tenemos un desafío importante por delante, conocemos cómo acciona el grupo y, si bien tenemos poco tiempo, apuntar a este partido del fin de semana, que nuestra afición se sienta representada por nuestro equipo”, señaló en su primera intervención.

El nuevo técnico insistió en que el objetivo inmediato es competir, intentar ganar y, sobre todo, devolver la ilusión a una afición castigada por los resultados. “Tratar de recuperar la alegría de toda la familia del Real Oviedo”, resumió, consciente de que la situación requiere algo más que ajustes tácticos.

Un aterrizaje rápido y una decisión firme

La llegada de Almada al Oviedo se produjo de forma acelerada, tal y como él mismo explicó. La experiencia previa con Jesús Martínez y Martín Peláez fue clave para cerrar la operación en poco tiempo. “Fue todo muy dinámico y muy rápido para que estuviéramos aquí”, afirmó el entrenador, que reconoció sentirse identificado con el proyecto y con la necesidad mostrada por el club en este momento.

Pese al ruido generado por el contexto previo y las dudas externas, Almada fue tajante sobre su postura personal: “Cuando se me comunicó me enfrasqué en el proyecto, en el trabajo y todo lo que se pueda haber vivido anteriormente".

Vestuario tocado y prioridad anímica

Uno de los grandes retos del nuevo cuerpo técnico será recomponer el estado emocional del grupo. Almada reconoció que el vestuario está afectado por la situación clasificatoria, pero destacó la predisposición mostrada en los primeros entrenamientos. “Golpeados indudablemente, porque son los primeros que quieren revertir la situación”, admitió, antes de añadir que ha encontrado “muchas ganas y muchos deseos de revertirla”.

En este sentido, el técnico puso el foco en el aspecto mental como pilar fundamental para salir del bache. “En esta situación el aspecto anímico y la fortaleza son aspectos muy importantes para poder salir de situaciones complicadas”, recalcó.

Ideas claras: protagonismo y orden ofensivo

A nivel futbolístico, Almada no escondió sus intenciones, aunque fue prudente con los plazos. Quiere un equipo protagonista, intenso y con capacidad para presionar, pero asume que no todo se podrá ver de inmediato. “Algunas cosas capaz que se ven este fin de semana, otras no, porque eso lleva un tiempo”, explicó.

También dejó titulares importantes sobre nombres propios. En el caso de Federico Viñas, fue claro: su sitio está en el centro del ataque. “No es su posición natural donde rinde más, así que seguramente lo vamos a utilizar de centro delantero”, afirmó, abriendo la puerta a sistemas con dos puntas y a una reorganización de las bandas.

Respecto a figuras como Salomón Rondón y Santi Cazorla, Almada destacó su importancia tanto deportiva como simbólica. De Cazorla subrayó que “lo que más le importa es la institución”, mientras que de Rondón se mostró convencido de que puede recuperar su mejor versión goleadora.

Convencer desde el terreno de juego

Preguntado por el clima social y la exigencia de la afición, Almada no quiso prometer discursos vacíos. Su mensaje fue directo: “Yo no quiero convencer, yo tengo que convencer al aficionado con lo que demuestra el equipo dentro de la cancha”. Una declaración que resume su filosofía y el camino que propone para cambiar el rumbo del Real Oviedo.

El desafío ya está en marcha. El tiempo apremia y el contexto no es sencillo, pero Almada parece tener claro que la respuesta no llegará desde la sala de prensa, sino desde el verde del Carlos Tartiere, con la primera prueba ante el Celta.