Aitor Torvisco10 min lectura
Sevilla
Finalizado2 - 3Alavés
El desenladrillador que lo desenladrille, buen desenladrillador será; pero vamos, que después de cinco entrenadores en poco más de un año esto tiene pinta que esto no lo desenladrilla ni el mejor desenladrillador de todos. El drama es absoluto. Cualquier atisbo de mejoría en el Sevilla FC es como una capa de pintura barata sobre superficie húmeda, se desmorona a poco que pasa el rodillo. Es mero espejismo. Está atrapado en un bucle de penuria e impotencia. Da igual a quién tenga en frente. Se ha empeñado en romper todas las estadísticas negativas de sus oponentes. El Deportivo Alavés no la olió en 20 minutos, pero fue capaz de marcar tres goles en Nervión y de llevarse los tres puntos.
Tercera derrota seguida, otro traspié más en un Sánchez-Pizjuán que sólo ha visto ganar una vez a los suyos en toda la temporada y fue en septiembre. Puede acabar en zona de descenso la jornada 20. El Sevilla FC salió a por todas, se ahogó en sus propios errores en la defensa de las acciones a balón parado y fue capaz de reaccionar para rascar un 2-2 que visto lo visto era un milagro. No se atisba otra vía de salvación que no sea la del paso pequeño, puntito a puntito, mientras pone vela a los santos para que tropiecen sus rivales. Queda mucho aún, casi media liga, pero lo que se ve es para pensar que evitar el descenso estará más en los deméritos ajenos que en las virtudes propias. Tener fe se ha puesto bastante complicado.
Finalmente, tras ensayar con varios sistemas durante la semana, Quique Sánchez Flores apostó por salir con un 1-4-2-3-1 que se veía con mucha claridad sobre el tapete. La defensa de cuatro jugaba muy abierta, Navas y Kike Salas abrían campo en los carriles, mientras que Marcao y sobre todo Sergio Ramos salían en conducción y adelantaban líneas. Soumaré y Rakitic, otros dos que regresaban a una lista, formaban casi en paralelo aunque con roles obviamente distintos; unos metros por delante Óliver Torres se dedicaba a ofrecer puntos de apoyo por dentro, mientras que Suso y Ocampos tenían plena libertad para moverse por todo el campo con la misión de desequilibrar. Con Miguel Ángel Corona, director deportivo del Valencia CF, dejándose ver en la grada del Sánchez-Pizjuán en pleno 'caso Rafa Mir', la punta de ataque fue para el debutante Isaac Romero.
Muy activo, Isaac mostró sus recursos y tardó 40 segundos en tener una ocasión, un cabezazo forzado que se fue por encima de la portería de Sivera. Apenas un instante después, Ocampos rompía con potencia por la derecha y forzaba un córner con un peligroso centro chut. Tras el saque de esquina, en el 2' el larguero repelía un disparo desde lejos de Jesús Navas, que volvía después de casi dos meses lesionado. Suso, en el 6', se colaba hasta la cocina y forzaba otro córner con cabezazo de Kike Salas rozando el travesaño... La puesta en escena fue eléctrica, con un apabullante dominio local, circulando con ritmo, con fluidez y con constantes desmarques que revelaban una clara mentalidad vertical para meter el cuchillo al más mínimo resquicio.
Aún hubo un cabezazo de Ocampos en el 11', tras un gran centro de Suso, pero al argentino le salió muy centrado y Sivera se la encontró y atrapó en segunda instancia. Incluso un par de escaramuzas más a balón parado y un nuevo remate de Isaac conectando de primeras un pase defectuoso de Rakitic, alargaron el monólogo sevillista. El Alavés tardó literalmente 21 minutos en ser capaz de tejer una jugada completa y, aun así, acabó con varios rechaces y un centro pasado que no remató nadie. En una temporada normal, una puesta en escena debía servir para encarrilar pronto los tres puntos; pero como todo sale torcido en esta 23/24, el cuadro vitoriano se iba a poner con 0-2 en sólo dos disparos.
Rioja bota un córner desde la izquierda, Guridi deja clavado a Kike Salas en su ataque al primer palo y la peina hacia atrás, donde Tenaglia estaba solo entre Ramos y Marcao. La pelota, más que ser rematada, dio en su bota y entró en la portería local. Otro gol más a balón parado, un solo desacople en 25 esplendorosos minutos y otra vez por debajo en el marcador. El tanto sacaba a relucir la verdadera cara de este Sevilla FC, la nerviosa e imprecisa, y serenaba al equipo de García Plaza, que se soltaba la melena y seguía generando peligro con la receta primitiva del bloque compacto que recupera, se despliega rápido, rompe por fuera y cuelga centros.
En uno de ellos, en el 40', cayó el segundo, con una volea sin dejarla caer de Kike García que pega en la pierna de Kike Salas (dándolo todo pese a estar lesionado) y deja sin opciones al portero del Sevilla FC. Para rematar el colmo de desgracias antes del descanso, esa participación en el 0-2 fue la última acción del defensor canterano antes de pedir el cambio por lesión y dejar su sitio a Pedrosa. Y pudo ser peor (otra vez a balón parado), porque Dmitrovic hizo un paradón a mano cambiada y con ayuda del palo al cabezazo de Kike García, que ya firmó un doblete en el choque en Mendizorroza y estuvo a punto de repetir en el añadido del primer tiempo.
Los segundos 45 minutos se antojaban el tiempo que iba a pasar entre la pitada del descanso al equipo y los gritos de 'Directiva, dimisión', y el otro ruidoso concierto que hubo al final del partido. Entre medias también hubo música de viento para la salida al campo de Rafa Mir en un triple cambio de Quique, que dio entrada al murciano, a Mariano y a Sow por Soumaré, Rakitic e Isaac para empezar a jugar con un 1-4-4-2. Asimismo, se escucharon murmullos en las reiteradas pérdidas en campo propio y también cuando Luis Rioja se disfrazó de Maradona para sortear a todos los jugadores locales que le salían al paso. Tenía a Kike sólo para empujarla, pero quisó comerse el pastel hasta la guinda y le faltó un par de centímetros de precisión que su equipo va a echar de menos.
En esta situación, la confianza del sevillismo en una reacción épica era entre ninguna y cero; pero un remate con el pecho de Rafa Mir (1-2 en el 70') y un penalti de VAR provocado por Mariano y transformado por Ocampos (2-2, 80') obraron el milagro. Sí, porque tal y como está la película, un punto es un milagro. Casi una utopía. Bastó otro córner con dos toques en el área local para hacer una bola de papel con la épica blanquirroja. Omorodion prolongó para el remate a placer de Rubén Duarte justo cuando el reloj marcaba el 90'. El desenladrillador que lo desenladrille, buen desenladrillador será.
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2- Sevilla FC: Dmitrovic; Jesús Navas (Juanlu 69'), Sergio Ramos, Marcao, Kike Salas (Pedrosa 41'); Soumaré (Sow 55'), Rakitic (Rafa Mir 55'); Suso, Óliver Torres, Ocampos; e Isaac Romero (Mariano 55').3- Deportivo Alavés: Sivera; Gorosabel, Tenaglia, Rafa Marín, Javi López; Guevara (Antonio Blanco 90+2'), Benavídez; Luis Rioja (Rubén Duarte 76'), Guridi (Álex Sola 76'), Carlos Vicente (Parada 90+2'); y Kike García (Samu Omorodion 72').
Árbitro: Alejandro José Hernández Hernández (Comité Canario). Amonestó a los locales Soumaré, Marcao y Jesús Navas y al visitante Rafa Marín.
Goles: 0-1 (25') Tenaglia; 0-2 (40') Kike García; 1-2 (70') Rafa Mir; 2-2 (82') Ocampos, de penalti; 2-3 (90') Rubén Duarte.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 20 de LaLiga EA Sports disputado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla ante unos 34.000 espectadores; entre ellos, el director deportivo del Valencia CF, Miguel Ángel Corona, y cerca de un centenar de hinchas del Alavés.