Al Valencia puede ir Guardiola que hará lo mismo que Corberán
La situación de Carlos Corberán al frente del banquillo del Valencia está pasando por su momento más tenso, aunque los problemas del club ché van mucho más allá de quién sea el entrenador
Hace 11 años de la llegada de Peter Lim al Valencia. La ilusión de los primeros años que trajeron fichajes de primer nivel, se ha tornado en crispación, hartazgo y cabreo. Una afición que ve como un grupo llamado Meriton, sin ningún tipo de sentimiento por el Valencia CF, maneja a su antojo el devenir de un club histórico, que cada vez tiene peor pinta.
Lo peor de esta situación es que no hay un cambio a la vista y los resultados deportivos cada vez son peores. El Valencia CF se ha convertido en una trituradora de entrenadores. Carlos Corberán llegó la temporada pasada con la valentía y la ilusión de revertir la situación. Un equipo que marchaba colista y con una afición que veía que su club se marchaba a Segunda División.
El técnico valenciano consiguió, para sorpresa de todos, darle la vuelta a la dinámica como un calcetín y salvar al equipo valencianista con una cómoda 12ª posición. En zona de nadie y a la misma distancia (6 puntos) del descenso que de los puestos europeos.

La esperanza duró poco
Mestalla comenzaba esta temporada con ilusión. La afición se agarraba a cualquier mínimo atisbo de positividad para presuponer que en esta campaña podrían pasar cosas distintas. De hecho, el comienzo del Valencia en Liga fue positivo, consiguiendo en las primeras jornadas resultados bastante buenos (3-0 al Getafe o 2-0 al Athletic).
Sin embargo, el conjunto valencianista ha vuelto a hacer de las suyas y el mínimo ápice de resurgimiento se ha vuelto a convertir en desesperación. Tras la última goleada encajada este pasado fin de semana en el Santiago Bernabéu, que para algunos es incluso una humillación, Corberán está en el alambre.

El Valencia CF ha vuelto a ocupar posiciones de descenso, algo que cada vez está siendo más habitual. Puede haber gente que piense, que tal y como sucedió con otros entrenadores años anteriores, como fueron Gattuso o Baraja, renovar el banquillo provoque cierta reacción. Aunque el problema es endémico y va mucho más allá.
La sensación en el valencianismo es de desidia. Hay aficionados que ya parecen haber arrojado la toalla. Un mito del club como es Cañizares, ha dado una opinión que va en este sentido. "Tampoco le hacemos una situación incómoda a Peter Lim que le haga plantearse vender el club".

Estas batallas las acaban ganando los únicos que sienten los colores y a los que les duele de verdad la situación que está atravesando un histórico de La Liga como es el Valencia CF. Y eso tan solo lo puede hacer realidad la afición. No una persona que desde Singapur permanece escondida y ajena al dolor y al sufrimiento que rodea Mestalla.
Ya puede llegar Guardiola, que hasta que no salgan los que tienen que salir, el Valencia no volverá a ser lo que fue y lo que se merece ser.
