Lo que no conoces de Luis de la Fuente, nuevo seleccionador nacional

A sus 61 años, el técnico riojano tiene varios secretos para mantener una forma física envidiable; uno de ellos lo arrastra desde su etapa de futbolista

Lo que no conoces de Luis de la Fuente, nuevo seleccionador nacional
Luis de la Fuente. - @SEFutbol
Gracia ÁvilaGracia Ávila 3 min lectura

Luis de la Fuente, nuevo seleccionador nacional tras la destitución de Luis Enrique, apenas lleva unas semanas en el cargo y ya se caracteriza por se un hombre afable y cordial, lejos de la imagen que le gustaba trasladar a su antecesor. A simple vista, uno de los rasgos que más llama la atención es su físico, su espléndida forma física a sus 61 años, para lo que tiene un secreto: “Levantar mucho hierro”.

Luis de la Fuente, como apunta Relevo, se aficionó a las pesas y a las mancuernas durante su etapa de futbolista (jugaba de lateral izquierdo), tras encadenar varias lesiones de rodillas. Fue entonces cuando comenzó a pisar el gimnasio de forma continuada para fortalecer la musculatura y prevenir lesiones; y con el paso de los años, eso se ha convertido en una rutina de su día a día.

"Trabajo, trabajo y trabajo. Ser disciplinado. Siempre hablo de valores, disciplina y capacidad de esfuerzo y sufrimiento. Ésa es mi dieta. Para mí el deporte es una forma de vida, más allá de verme mejor o peor. Me han educado así, hago deporte desde que tengo uso de razón y ahora sé que sin deporte no podría vivir", desveló el riojano, que siempre reserva una parte del día para hacer pesas. Como buen disciplinado, casi siempre reserva un hueco por las mañanas para acudir al gimnasio; y los días que no puede hacerlo se siente como si le faltara algo.

Junto al ejercicio físico, otro de sus secretos es su dieta. Suele comer en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde pasa muchísimas horas analizando jugadores y equipos. Comparte mesa y menú con los empleados de la Federación Española de Fútbol (RFEF), un hábito que se niega a cambiar. Suele comer lo mismo que el resto de trabajadores, y es la hora del almuerzo la que le permite charlar y relacionarse con personas que trabajan en otras áreas y otros departamentos de la entidad.

Además de “levantar hierro”, su otra debilidad es el buen vino. Como buen riojano, le gusta compartir una copa de vino o una cerveza, costumbre que suele importar a las concentraciones cuando la agenda futbolística lo permite y hay tiempo libre. Es su manera de desconectar de las presiones y tensiones que se derivan de cada convocatoria y de cada campeonato.

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