De Bruyne desata la polémica
Kevin De Bruyne mostró su enfado tras ser sustituido por Antonio Conte en la derrota del Nápoles ante el Milan, dejando en evidencia la tensión entre jugador y entrenador

El Nápoles sufrió su primera derrota de la temporada en la Serie A, y la reacción de Kevin De Bruyne tras ser sustituido dejó titulares. El centrocampista belga, que anotó desde el penalti recortando distancias ante el AC Milan, no ocultó su enfado al ser relevado en el minuto 72, visiblemente molesto y evitando el contacto con su técnico Antonio Conte.

Un choque de carácter en San Siro
El partido en San Siro terminó 2-1 a favor del Milan y puso de manifiesto la fuerte personalidad de ambos protagonistas. De Bruyne, de 34 años, aterrizó esta temporada en el club napolitano tras su etapa en el Manchester City, donde dejó huella durante casi una década. A pesar de su experiencia y calidad, el belga no se tomó bien la sustitución, especialmente porque su equipo estaba en superioridad numérica tras la expulsión de Pervis Estupiñán y buscaba la remontada.
Conte, conocido por su carácter firme, respondió en la rueda de prensa con claridad: “Espero que De Bruyne esté molesto por el resultado, porque si lo está por otra cosa, se equivocó de persona”. La advertencia reflejó la filosofía del técnico italiano de anteponer siempre el bien del equipo frente a la frustración individual.
Un historial de reacciones intensas
No es la primera vez que De Bruyne muestra su descontento tras ser reemplazado. En marzo de 2024, durante un Liverpool-Manchester City, abandonó el campo enfadado tras una sustitución de Pep Guardiola, aunque entonces la situación fue manejada con mayor diplomacia. En esta ocasión, el escenario y el marcador contribuyeron a amplificar la tensión: el Milan lideraba el encuentro y De Bruyne acababa de marcar su tercer gol en la liga italiana.

La presión del primer tropiezo
El Nápoles perdió el liderato en la tabla, lo que elevó la presión sobre el equipo y sus jugadores clave. Conte optó por dar entrada a Elmas en lugar de mantener a De Bruyne en el campo, una decisión que irritó al belga y que puso de relieve la dificultad de gestionar egos en equipos de alto nivel. Las imágenes de De Bruyne sacudiendo la cabeza y refunfuñando al ir al banquillo no pasaron desapercibidas.
Futuro inmediato y retos por delante
A pesar del mal trago, De Bruyne sigue siendo titular indiscutible y un referente dentro del vestuario. Conte, firme en su estilo, espera que el belga canalice su frustración hacia el rendimiento colectivo y se centre en próximos desafíos, incluyendo el partido contra el Sporting de Lisboa en la Champions League. El entrenador italiano mantendrá su exigencia, equilibrando el talento individual con las necesidades del equipo, mientras busca que el Nápoles recupere la senda de victorias y su posición en la Serie A.