Lo de Kike Salas pinta muy feo para el Sevilla

La investigación de la Policía Nacional halla pruebas concluyentes en el análisis del teléfono del central, de lo poco salvable de la actual plantilla nervionense y que se enfrenta a sanciones durísimas tras ser acusado de participar en apuestas ilegales

Lo de Kike Salas pinta muy feo para el Sevilla
La investigación policial complica mucho las cosas para Kike Salas. - Cordon Press

El Sevilla FC no gana para disgustos. No es que no salga nada bien, es que todo se desarrolla de la peor manera posible. Ahora, con Kike Salas. La cosa pinta muy pero que muy fea con el canterano nervionense, de lo mejorcito y de lo poco salvable del equipo en este angustioso final de temporada y una de las principales opciones de plusvalía que maneja un club en una delicadísima situación financiera -estaba negociando su traspaso a la Lazio cuando saltó el escándalo-. Desde el pleno respeto a la presunción de inocencia hasta que haya una sentencia judicial firme, las últimas informaciones que han salido este miércoles dibujan una situación en la que el de Morón se encuentra totalmente acorralado por la investigación de la Policía Nacional, después de que hayan sido encontradas en su teléfono móvil pruebas relevantes en la acusación que pesa sobre él acerca de una participación en apuestas depotivas ilegales con las que habría beneficiado económicamente a personas de su entorno.

Así lo destapa una información de alcance publicada en exclusiva por El Confidencial, quien cita a fuentes policiales para considerar que hay indicios más que sobrados para decir que Kike Salas apostó a que vería una serie de tarjetas amarillas en la recta final de LaLiga 2023/2024 y que para ello utilizó cuentas falsas. Es decir, que no sólo habría empleado su información privilegiada para que amigos y allegados invirtiesen dinero, sino que habría jugado en primera persona con usuarios falsos creados para que no quedase constancia de su supuesta implicación en primera persona en esta acción fraudulenta. O, lo que es lo mismo, que no sólo se lucraron algunos conocidos suyos; sino también el propio jugador del Sevilla FC.

"Illo, ¿no ha llegado dinero del bet? No me corre prisa, pero ya por estar tranquilos de que haya llegado". "Le he metido 50 a Isco; son 300 míos". "¿Sólo deja 150 en el bet?" y, tras la respuesta afirmativa de su amigo, añade "¿Limites? Bueno Betfair es lo mismo, ¿no?". "Ya he hecho dos (apuestas) ahí". Estos son algunos de los mensajes que cita la noticia de El Confidencial y que la Policía ha encontrado en el móvil del central del Sevilla FC. Así, los investigadores concluyen que el futbolista no sólo hacía ingresos a sus amigos para que ellos apostasen, sino que también empleaba cuentas con nombres falsos. Junto a Kike Salas, sus allegados César G. -alias Richi- y Kevin L. también fueron arrestados. A los tres se les imputa un delito de estafa tras saltar la alarma de la empresa Codere por una sospechosa apuesta a que vería amarilla en un partido ante el Barcelona y así fue. "Se pudo determinar la existencia de vínculos de amistad entre el jugador", explica la Policía en un informe.

Cabe recordar que el pasado 14 de enero un patrullero con dos agentes de la Policía Nacional se personó en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios e irrumpió en el entrenamiento del primer equipo del Sevilla FC para informar a Kike Salas de que debía acompañarles a la comisaría para prestar declaración por un caso de apuestas ilegales en el que había sido imputado a raiz de una denuncia del juzgado de instrucción de Morón de la Frontera (Sevilla) por las siete amonestaciones que vio en los últimos nueve encuentros de la 23/24, con el equipo ya salvado matemáticamente.

Aunque en diversas informaciones se relató que el joven central fue esposado y detenido, ESTADIO Deportivo pudo confirmar que no fue así. Simplemente acudió a dependencias policiales como se le requirió, respondió a las preguntas de los agentes y entregó su teléfono para poder ser objeto de la investigación. Tras todo ello, se marchó a su casa y desde entonces ha estado arropado por el club, por sus compañeros y por su familia, que siempre han defendido su total inocencia. De ser considerado culpable, esta práctica le podría acarrear suspensiones deportivas de hasta cinco años sin poder ejercer su profesión e incluso contempla sanciones penales con períodos de seis meses a tres años de cárcel. Y además al Sevilla FC le dejaría sin rendimiento deportivo y económico de un futbolista con contrato hasta 2029. Pinta muy, muy feo.