Mariano Díaz desmiente a Orta y habla claro de su paso por Nervión y su salida del Madrid
Sin equipo desde que se marchó de la capital hispalense, por donde pasó también sin pena ni gloria, el delantero de Premià de Mar echa la vista atrás y salda cuentas

Como le ocurriera a Jesé Rodríguez, primero por una grave lesión y luego por una serie de malas decisiones personales y deportivas, la carrera de Mariano Díaz también colapsó mucho antes de tiempo. Y eso que el hispano-dominicano, como el canario, apuntaba a 'crack' en el Real Madrid, que lo repescó del Olympique de Lyon tras una brillante temporada 17/18 en la que marcó 21 goles y brindó seis asistencias en 45 partidos oficiales. No tuvo problemas el club blanco en abonar casi tres veces más de lo que ingresó por su traspaso, aunque la estela del de Premià de Mar se fue apagando entre ciáticas, dolencias inguinales y otras contingencias. Jamás pasó de los 700 minutos por ejercicio, los últimos ni una tercera parte, escuchando acusaciones de conformista y conservador, pues, aunque había probado las mieles de una cesión, ya no quiso escuchar ofertas hasta que terminó contrato en 2023.

Tras todo el verano esperando, firmó sobre la bocina en el Sevilla FC, donde igualmente pasó sin pena ni gloria. Trece apariciones, con apenas 319 minutos a sus espaldas, sin goles ni asistencias. De hecho, sigue sin equipo, aunque se ha quitado el gusanillo volviendo doce años después a la selección dominicana, con la que anotó, como en su debut en 2013. A sus 31, repasa su pasado más reciente en una entrevista con 'Relevo' en la que zanja dudas que están en el imaginario popular, como su regate a los blanquirrojos en 2018: "El Sevilla hizo una oferta al Lyon por mí. Yo estaba hablando para aceptarla, para convencerles. Querían que jugara con ellos la Champions, que nos habíamos clasificado ese año. El Sevilla en ese momento no la jugaba, pero me hacía mucha ilusión fichar allí. Es un club que siempre me ha gustado, desde pequeño. Y aparece el Madrid con el derecho de tanteo y lo ejerce. El equipo donde yo me he criado, el mejor del mundo, ¿quién puede decir que no?".

Mariano se sentía en deuda con los nervionenses: "Te llama el director general (José Ángel Sánchez), el entrenador (Julen Lopetegui), el presidente (Florentino Pérez)... y te dicen que te vuelvas a casa, pues yo vuelvo con toda la ilusión a intentar dar lo máximo para el equipo de mis sueños. Así fue. No tuve duda en ese momento; lo único que me supo súper mal por el Sevilla. Ellos habían sido los que primeramente se habían interesado en mí. Entiendo que también por circunstancias del mercado a lo mejor el Madrid hasta que no hubo esa oferta no pudo intervenir. Pero me supo muy mal, porque ellos me convencieron, Joaquín Caparrós también". Comenzó entonces una nueva etapa de blanco que reestrenó con gol en la UCL, aunque pronto se torcería todo: "No a torcerse, pero al final los entrenadores tienen sus apuestas. Jugaba Benzema, lo estaba haciendo muy bien y eso fue lo que ocurrió".
No achaca el catalán su ocaso al despido del técnico vasco, porque había sido "también el club el que apuesta" por él. Tampoco cree demasiado en 'la maldición del 7', un número legendario que acababa de soltar Cristiano Ronaldo y que él mismo eligió como reto personal. "Se reduce todo a si juegas o no juegas", espeta Díaz, que tampoco carga las tintas sobre un Zidane que sí confiaba en sus virtudes durante la coincidencia de ambos en el Castilla: "Estar jugando en el Real Madrid es un privilegio. Algo muy bonito, una experiencia muy buena, pero también triste de no haber podido contar con algunas de las oportunidades en algunos momentos, de poder haber jugado más. Pero así es el fútbol". Y se justifica sobre su inmovilismo: "Irse del Madrid, para ningún jugador que hables con él va a ser fácil. Es el mejor club y uno quiere triunfar ahí, eso está claro. Hubo oportunidades y cosas, y a lo mejor no se dio tampoco tan fácil; mercados que había la posibilidad de irse rescindiendo y o sólo cedido. No era tan fácil".

Se defiende, ahora que echa la vista atrás, el artillero de muchas de las críticas que recibió: "No soy rencoroso. Las noticias negativas a veces las pasas un poco por alto. Pero sí que es verdad que a veces dices, 'ostras, qué injusto, ¿no?'. Noticias como que una persona te juzga y dice que no quieres jugar al fútbol o que no eres profesional... Eso es muy feo. Porque es totalmente lo contrario. Con 31 años hay jugadores que ya lo están dejando y yo me siento como en la mitad de mi carrera. Yo lo que quiero es que el club que apueste por mí sepa lo que soy y, a partir de ahí, yo devolverle esa confianza. Hay jugadores que sí que han ido a Arabia Saudí por dinero y lo encuentro perfectamente lícito, que cada uno haga lo que quiera, pero yo he rechazado ofertas en Arabia buenas también porque he preferido competir aquí. El dinero también es importante en una carrera, pero yo siempre le he dado mucha más importancia a jugar en una buena Liga. Eso es lo más importante para mí".

Sobre su breve etapa en el Sevilla FC, recuerda: "En ese momento sí tenía claro que quería jugar en LaLiga, sobre todo, y, si podía ser, en un equipo de Champions; ésa era la prioridad. Se acercaron varios equipos de varias ligas, de Arabia, de Brasil... Tomé la decisión que creía la mejor deportivamente, que era la del Sevilla. Obvio que económicamente no era la mejor. ¿Perder dinero? No lo miro así, pero claro que la diferencia de sueldo era muy grande. No es lo mismo jugar en Arabia saliendo del Real Madrid que ir al Sevilla en un momento en el que necesitaban fichajes de último momento de mercado. Es una temporada en la que llego muy contento, muy feliz. Parecía que iban a apostar mucho por mí y luego tengo una lesión y eso es lo que me ha jodido, no poder dar a esa afición ni al club lo que es Mariano. Pero estas cosas pasan". Sobre las lágrimas que le atribuyó Víctor Orta en su adiós, matiza: "Me despedí tanto del presidente como del director deportivo y les dije que estaba agradecido por que habían apostado por mí cuando me ficharon y no es que tampoco me pusiera a llorar. Les dije que me sabía muy mal no haber podido dar lo mejor de mí, no haber podido estar disponible para poder ayudar al club justamente ese año tan duro".