¡Monchi, vete ya!

Ni siquiera la nefasta temporada del Sevilla justifica los insultos y críticas que el director deportivo recibió a la salida del Sánchez-Pizjuán

Antonio José MedinaAntonio José Medina
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¡Monchi, vete ya!
Monchi saluda en el Sánchez-Pizjuán. - UES

La memoria es muy frágil. Sólo así se entiende que esa frase que aparece en el titular se oyera anoche en la puerta del Sánchez-Pizjuán a la salida del director deportivo del estadio. No fueron muchos y algunos de ellos encontraron una justa respuesta en las redes de una gran parte del sevillismo, que sigue dando valor a lo que Monchi viene haciendo en los últimos veinte años; y que aún confía en que su trabajo y experiencia puedan sacar adelante una temporada que está resultando nefasta.

No hay que irse a buscar al pasado para recordar lo que ha dado, porque si este equipo ha caído goleado en la máxima competición continental y juega el miércoles ante el Manchester City tal vez sea porque hace cuatro meses era el mejor de España fuera de los tres poderosos y porque durante los tres últimos años se ha llevado la única plaza de Champions League que hay disponible para el resto.

Hubo insultos, que no merece la pena ni repetir, porque el que los dijo se calificaba a sí mismo. También que diera "la cara" y es algo que siempre ha hecho. Incluso estuvo el que apelaba al dinero gastado y el que hablaba de errores cometidos este verano.

Y tal vez sea lo único cierto, tal vez se haya errado en un periodo de fichajes en el que Monchi no sólo tenía la misión de cubrir dos bajas insustituibles y reforzar el plantel, sino también, hacerlo teniendo en cuenta que la prioridad era que cuadraran unos números desequilibrados después de tres años manteniendo a todos los mejores jugadores en el equipo.

Pero incluso ni eso justifica lo de ayer. Porque ante el Rayo, de los 16 jugadores que Sampaoli puso en el campo, sólo cuatro (Marcao, Alex Telles, Januzaj e Isco) no estaban la pasada temporada. Y ese equipo estaba hace poco más de ocho meses dependiendo de sí mismo para ser... campeón de Liga.

Y sólo dos de ellos, Marcao e Isco, estaban jugando cuando Álvaro García anotó el gol rayista. Los problemas son otros, los repite Sampaoli cada vez que habla aunque él lo llame "un conflicto" que tiene que resolver.

Tal vez ese "conflicto" sea mental y se deba a la ansiedad de verse en una situación en la que no están habituados. Tal vez sea que este equipo estuviera hecho para jugar como Lopetegui lleva haciendo durante las tres últimas temporadas y no para lo que Sampaoli quiere; tal vez que les falte el que ha sido la pieza clave en todo este tiempo, por encima incluso del dúo Koundé-Diego Carlos, como es Fernando Reges; de la falta de gol ni hablamos, porque ya se venía arrastrando de la pasada campaña y las opciones seguras que hubo este verano costaban un dinero que el Sevilla no tiene... Es un conflicto o muchos, pero que han llevado al equipo a la situación que ahora vive.

Tampoco ayuda que haya algunos achuchando por detrás para que las críticas arrecien, alentados por todos sabemos quien y liderados por sus secuaces, que este sábado, ante el esperpento ofrecido por el Sevilla ante el Rayo, encontraron el caldo de cultivo que no había hallado en su primer intento del pasado martes. Y aunque los gritos iban dirigidos hacia una persona en concreto, al final, como se pudo ver, se expanden y también se los llevan otros, incluido Monchi.

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