Béticos que quieren que pierda el Betis

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Béticos que quieren que pierda el Betis
- Joaquín Adorna (@JoaquinAdornaED)
No lo ha dicho concretamente con esas palabras. Para ser exactos, el entrenador del Betis, Víctor Sánchez del Amo, ha comentado en la Cadena COPE que le han "informado de que hay gente que siente los colores que quiere que vayan las cosas mal porque les interesan los cambios" y que eso "no genera un clima de trabajo estable". Víctor se apunta, por primera vez, al victimismo al que tanto recurrió Poyet.

Hasta la fecha le estaban funcionando sus discursos planos y coherentes, llenos de irrefutables conceptos teóricos, pero ha llegado el primer traspié. En el momento más inoportuno, a las puertas del derbi, a Víctor le han inyectado en vena un veneno que no es precisamente el que ayuda a ganar partidos. Poyet nunca supo desanclar su presente del pasado, al que siempre recurría como fácil excusa; criticó con malas formas a la prensa para justificar el mal juego del Betis que él había construido junto a Torrecilla; y, lo que es más grave, se quejó de la exigencia de una afición a la que ofreció muy pocos momentos de buen fútbol.

Víctor, hasta ahora, se había mantenido al margen de entornos dañinos, pero ya ha puesto el pie -la boca- en terrenos pantanosos: hay béticos que quieren que pierda el Betis. Enemigos íntimos existen en las mejores familias, en los mejores colectivos y, por supuesto, en todos los clubes -incluso en los que ganan títulos-. Sin embargo, los deseos de quienes están fuera del poder no tienen por qué generar mal clima entre los futbolistas; ni hacen convocatorias, ni alineaciones, ni pueden lograr por ciencia infusa que el Betis pierda partidos, la mejor forma de lograr que las cosas vayan mal.

Y, si las cosas van mal por la influencia esotérica de esos béticos traidores a sus propios sentimientos, ¿cuáles son los cambios que buscan? Después de casi siete años de Betis judicializado, los cambios en el consejo de administración no van a llegar al club por derrotas acumuladas, por un nuevo descenso a Segunda o por su consiguiente crisis institucional. Castaño y Lopera son béticos, aunque han hecho daño al Betis. ¿Les ven celebrando derrotas? Aun dando por cierto esta primera hipótesis, el resto suena a cortina de humo con la que tapar que el Betis de Víctor sólo ha sumado, en los mismos 11 partidos, 2 puntos más que el de Poyet. Víctor iba bien y no debe desviarse. Merece el aplauso su intención de atender a la prensa sevillana, pero debería esquivar a quien le cuente milongas; debería evitar a quien quiera meter aire contaminante en el vestuario que él maneja; a quien demoniza a béticos críticos y exigentes, y ve fantasmas externos que amenazan a un sistema que lleva años sin garantizar éxitos deportivos. La solución es sencilla: ganar partidos para que ningún bético que quiera hacer daño al Betis pueda celebrar derrotas.

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