Tres conceptos básicos para otro Betis

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Tres conceptos básicos para otro Betis
- Joaquín Adorna (@JoaquinAdornaED)
Hacía tiempo que no veía al Betis correr como ante el Milan. Se trata de un simple partido amistoso de pretemporada, uno más, el undécimo para ser exactos. Y tan insignificante puede considerarse el triunfo obtenido, como la derrota encajada ante un Córdoba de Segunda división.

Pero el Betis empieza a correr con sentido. Intentar marcar un estilo: competir, independientemente de los nombres, con una forma reconocible. Correr, por supuesto, no es suficiente. Pero es lo primero y lo mínimo que se exige. Saber correr y transmitir sensación de equipo solidario en el esfuerzo. Le queda muchísimo para llegar a satisfacer la exigencia de su afición, pero en el partido en tierras italianas se han intuido las bases para construir ese nuevo Betis al que tanto tiempo se lleva esperando. Un Betis con sangre de la casa. Un Betis con veneno competitivo. Un Betis con hambre para dar un giro radical a su reciente historia. Tres necesarios conceptos abstractos -sangre, veneno y hambre- perdidos en algún eslabón del tiempo en el siempre misterioso e imprevisible conjunto bético.

El Betis no jugó bien. Fue más dominado que dominador. Pero al margen de la anecdótica victoria con el VAR haciendo justicia, el plantel transmitió buenas sensaciones, esas permitidas cuando aún no hay puntos en juego y que nada tienen que ver con aquellas de las que presumía, perdiendo, Miguel Torrecilla.

Si Serra Ferrer y Setién son capaces de potenciar todo ese espíritu competitivo que desprendieron jóvenes y veteranos -por ese orden-, y si a ese grupo combativo se le añade calidad -le falta grandes dosis de calidad tanto en defensa como en ataque-, tal vez estemos en el arranque del Betis que merecen los béticos.
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