Si no estás en Europa, no existes. Lo decía el presidente del
Betis,
Ángel Haro, antes de partir hacia Atenas, donde su equipo se estrena frente a Olympiacos en la UEFA Europa League.
La competición europea, si es Champions mucho más,
te sitúa en el mapa, genera importantes ingresos para la entidad y es el verdadero camino que conduce al prestigio. También es una necesidad para que compitan cada tres o cuatro días plantillas que están configuradas con futbolistas de máximo nivel.
Para el
Betis, el regreso a
Europa ratifica la consolidación de un proyecto, el de
Haro y Catalán, que se enderezó desde la llegada de
Serra Ferrer y en el que los béticos tienen depositadas grandes ilusiones. Aunque pocas voces hablan en público de conquistar un título,
Feddal y Joaquín quizás han sido los que más claramente han manifestado ese deseo, la legítima aspiración debe ser esa o, cuando menos, luchar por meterse en una final -europea o en la Copa del Rey-. De momento, en Grecia, en un campo difícil de gran presión ambiental, empieza esta nueva etapa del
‘EuroBetis’.En el
Sevilla, hasta a
Machín se le cambia el semblante cuando pasa la página del amargo partido liguero ante el Getafe -su equipo jugó muy mal, y no regular como él sostiene- y se le habla de la
competición “fetiche” -según sus propias palabras- para la entidad. La vitrina del
‘Pentacampeón’ estimula y da confianza porque, entre tanto recuerdo colgado por las paredes del Sánchez-Pizjuán, es difícil no dejarse arrastrar por la ilusión de repetir lo que ya se sabe que el club es capaz de lograr.
Con la insignia en la camiseta del equipo que más veces ha ganado la Europa League no se ganan partidos. El presente aprieta y Nervión quiere triunfos, entrega incondicional y buen juego. Le toca al equipo levantar a la afición.
Joaquín Adorna
