Pau López, remedio a contraestilo para Setién

Un pase suyo se convirtió en una gran asistencia para adelantar al Betis ante el Celta. Cuatro toques -Pau, Francis, Lo Celso y Loren- y un gol fantástico, precioso. Incluyámoslo en parte del catálogo del estilo de Setién, porque la presión adelantada del rival que intenta contrarrestar tu forma de juego te ofrece esa posibilidad, aunque también podría calificarse de una obra de arte a contraestilo. Pau no se echa flores. Una decisión acertada y punto. Pero en estos días en los que Setién anda enredado en su madeja de mensajes cargados de excusas, y en los que su segundo entrenador, Eder Sarabia, le respalda con el mismo discurso, las declaraciones públicas de Pau López han llegado como un soplo de aire fresco lleno de liderazgo y sentido común.

Realmente no debería resultar tan complicado decir cuatro cositas con las que contentar a los aficionados más conformistas, que tienen todo el derecho a serlo, y a los más exigentes, que igualmente cumplen con su parte del contrato -sacarse su abono- y pueden aplaudir, silbar o castigar con un silencio atronador a quienes les representan en el palco o sobre el campo. Pau López, con naturalidad y hablando muy clarito, lo ha logrado.

Para empezar, entiende esos murmullos que se escuchan en la grada - y que "no ayudan al equipo", según Setién y Eder Sarabia- cuando las cosas no se hacen bien. Ni el más mínimo reproche a la afición: "Es imposible decirles algo. Ellos pueden exigir porque siempre responden viniendo al campo". Así debe ser. El futbolista del Betis tiene que aprender a soportar esa presión porque sólo con ese tipo de jugadores será posible mantener el crecimiento en el tiempo y aspirar a grandes logros.

También ha puesto Pau una pizca de autocrítica -"lo hicimos mal y tenemos que seguir mejorando"-, tan necesaria para reconocer el problema que se debe solucionar. De hecho, lo tiene tan identificado como el resto de béticos y, con seguridad, como el cuerpo técnico, aunque al hablar del mismo utilice un lenguaje alejado al de los discursos de su entrenador: "Tan válido es tener la posesión como hacer otra cosa".

El Betis no puede jugar siempre a lo mismo. Ante el Celta, con 2-0, ni se defendió con balón, ni supo encerrarse. Cada partido tiene sus fases y deberá amoldarse a las mismas para lograr, con inteligencia, ganar. Pau lo tiene clarísimo: la afición no se enfada por el estilo de juego. Dosis de contraestilo y triunfos, y ya tendrá Setién, sin pedirlo, a todos los béticos haciéndole la ola.