Lopetegui, el gran señalado en el fracaso del Sevilla

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Lopetegui, el gran señalado en el fracaso del Sevilla
- Joaquín Adorna (@JoaquinAdornaED)
Es el gran señalado. Julen Lopetegui no supo dar a su equipo lo que necesitaba para eliminar a un Segunda división, el Mirandés, que superó al Sevilla en todo: en fútbol y, lo más grave, también en actitud. El Sevilla cayó eliminado de la peor de formas que un equipo puede decir adiós a una competición: sin competir. No compareció. Le cayeron tres goles y pudo encajar una escandalosa goleada de no haber sido por el acierto de Vaclick, que paró varios goles cantados e incluso detuvo un penalti que habría supuesto el 3-0.

El nuevo Sevilla de Monchi no puede permitirse el lujo de hacer el ridículo de esa manera. Se puede caer, pero no entregarse. Y el Sevilla de Lopetegui se entregó a un rival que le puso más intensidad, ganó todas las segundas jugadas, y que se metió justamente en los cuartos de final de la Copa. Los deseos -llegar muy lejos en la Copa- estuvieron a mil kilómetros de la realidad: un equipo sin alma.

Lopetegui se equivocó en el planteamiento inicial y en la lectura del partido. Él sabrá cómo van las cargas de trabajo, pero si realmente le hubiera dado importancia a la Copa, Fernando y Ocampos tienen que ser titulares porque son imprescindibles en este Sevilla. Por desgracia, también Reguilón, quien sin estar al nivel del arranque de la temporada, rinde mucho más que un Escudero fuera de forma.

Tampoco supo reaccionar al tanto encajado a los siete minutos. Permitió que el Mirandés hiciera el segundo y se la jugó a una carta con tres cambios en el descanso que tuvieron un efecto gaseosa que apenas duró cinco minutos. Al menos, él mismo reconocía tras el bochorno que cuando un técnico hace tres cambios en el descanso es porque el primero en equivocarse ha sido él.

No hay lectura positiva que extraer, salvo la actuación de Vaclick, de una eliminación que deja un borrón importante en el expediente del técnico y de algunos jugadores. Para los optimistas, el consuelo de saber que el Sevilla se desconecta mentalmente de una competición menor para centrarse en las que tienen premio gordo: LaLiga, en su pelea por la cuarta plaza (también el Atlético de Madrid y el Getafe están eliminados de la Copa); y la Europa League, un título de prestigio en juego con plaza Champions directa.

El otro gran señalado en Miranda de Ebro es Banega, quien parece tener la cabeza ya en su próxima aventura millonaria. Erró en el remate del que pudo ser el empate a uno y cometió un error en el pase en la zona de creación que dio origen al 2-0, aunque al Mirandés le acompañara la fortuna porque Gudelj desvió el balón y despistó a Vaclick.

A Koundé, es una obviedad, le falta experiencia y la contundencia que le sobra a Diego Carlos, quien hizo un penalti innecesario que habría dejado sentenciada la eliminatoria mucho antes de no haber sido por el acierto de Vaclick. El brasileño debe empezar a recoger los codos porque ya le están cogiendo la matrícula y el VAR desnuda todo ese tipo de acciones. Y, por último, que Nolito siga siendo que el hace goles es realmente preocupante. De Jong estuvo en su perfil más bajo y En Nesyri mostró que debe mejorar muchísimo en la definición -tuvo un remate de gol que envió al cielo-.

El Sevilla deja vía libre al único equipo de Segunda vivo en la Copa. Petardazo al nivel de los sufridos, aunque a doble partido, con Juande Ramos ante el Cádiz en la temporada 2005-2006 (3-2 en el Carranza y 0-0 en el Sánchez-Pizjuán); y el que protagonizó Unai Emery ante el Racing de Santander en la 2013-2014 (0-1 ganó en la ida y 0-2 perdió en Nervión). En ambas campañas, acabó el Sevilla proclamándose campeón de la Europa League.
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