Después de las buenas sensaciones que en sus rondas de clasificación ofrecieron los dos saltadores españoles que la precedieron (Ana Peleteiro en triple y Eusebio Cáceres en longitud, ambos clasificados para las finales), la valenciana quería prolongar el buen momento, pero fracasó en el intento.
"Voy a daros muchas sorpresitas", dijo Fátima en redes sociales antes de su debut olímpico. Sin embargo, la pista le devolvió a la realidad. Empezó con un nulo, continuó con un salto de 6,27 y sólo mejoró cinco centímetros en el adiós.
Para entrar de forma automática en la final se pedían 6,75 metros, una marca que estaba a su alcance, ya que este mismo año ha saltado 6,82, pero al final bastaron 6,60 para clasificarse.