Marc Márquez le contesta a Rossi por su olvido
El de Cervera ha capoteado con clase la polémica suscitada a raíz de las declaraciones que hizo el expiloto italiano sobre sus máximos rivales en MotoGP

Tras ganar su noveno Mundial de MotoGP e igualar a Valentino Rossi como piloto más laureado de la categoría reina del motociclismo, Marc Márquez sólo quiere paz y tranquilidad. Y por eso, pese a las preguntas lanzadas por los periodistas en la previa del Gran Premio de Tailiandia, el catalán ha salido airoso con su capote una vez más.
Le han preguntado de todo, desde su celebración en tierras niponas hasta si ayudará o no a su hermano para que sea subcampeón en detrimento de su compañero de equipo Pecco Bagnaia. Y, por si esto fuera poco, también le han recordado con mucha guasa las declaraciones que hizo esta semana el propio Valentino Rossi sobre quiénes habían sido sus grandes rivales en MotoGP.
"Tuve muchos grandes rivales en mi carrera, y creo que está entre Casey Stoner, y Jorge Lorenzo, Max Biaggi y Dani Pedrosa. Es difícil decir cuál es fue la rivalidad más grande. Quizá Lorenzo, porque estábamos en el mismo equipo y fuimos compañeros durante mucho tiempo. Así que no era sólo una rivalidad, era como una historia de amor", dijo Rossi en un acto en Yakarta donde presentó la decoración especial de su equipo, el Pertamina Enduro VR46, para el GP de Indonesia.
Ante tal respuesta, Marc ha preferido esquivar la polémica y cortar por lo sano: "No me ha mencionado porque nunca luchamos por un campeonato, por eso no estoy en la lista". Y es que aunque él de Cervera ganó seis títulos con él en la pista, también cree que no llegaron a ser nunca rivales directos: "No, no, no en ese sentido. Es solo que cuando llegué a MotoGP, mi mayor rival, por ejemplo, un año fue Lorenzo. Y luego fue Andrea Dovizioso".
Y es que el piloto de Ducati ha llegado a Mandalika en son de paz, dispuesto a lucir su corona y, sobre todo, a disfrutar de lo conseguido. Eso sí, con las fuerzas justas: "A nivel de energía estoy más cansado que nunca, seguramente por el bajón de adrenalina. Cuando me desperté el lunes parecía que no había entrenado en dos meses. Y ese bajó puede derivar en pérdidas de la concentración. No me apetece nada subirme a la moto. Hace tiempo, nada más ganar el título, llegaba a las últimas carreras y quería atacar, ganarlo todo. Pero esta vez he estado bajo mucha presión, y quiero disfrutar. Voy a dar el máximo, pero el principal objetivo pasa a ser no cometer errores estúpidos. Siento que tengo que acabar el año sin hacerme daño".