El revolucionario plan de Jorge Martín
El piloto madrileño de Aprilia se marcha satisfecho de Barcelona, celebra su recuperación física y asume que este año es de transición antes de mirar al futuro

Jorge Martín vive una temporada atípica, marcada por las lesiones y la necesidad de adaptación a su nueva Aprilia. Pero lejos de obsesionarse con los resultados inmediatos, el madrileño ha optado por la calma y el trabajo constante. En el Gran Premio de Cataluña firmó un décimo puesto que, en su situación, sabe a mucho más. “Ha sido un gran fin de semana, terminar décimo es casi como un podio para mí”, resumió el campeón del mundo tras una carrera en la que volvió a sentirse competitivo y, sobre todo, sano.
Un fin de semana de contrastes
La cita de Montmeló fue especial para Martín, que apenas unos meses atrás había celebrado allí grandes momentos. Sin embargo, esta vez la meta era distinta: rodar sin dolor y sumar kilómetros sobre la Aprilia. Partiendo desde la 18ª posición, logró remontar hasta el ‘top 10’ pese a un toque inicial, un problema con el dispositivo de altura y una maniobra que le obligó a perder posiciones. “Nuestro ritmo real estaba para pelear por la cuarta o quinta plaza”, aseguró tras la carrera.

Ese resultado tuvo aún más valor al convertirse en los únicos puntos que Aprilia sumó en todo el fin de semana. Marco Bezzecchi se fue al suelo en dos ocasiones y el propio Martín tampoco pudo terminar el sprint tras verse involucrado en la caída de Franco Morbidelli. Con todo, el balance del madrileño fue optimista: “Me quedo con la información recogida y con las sensaciones, han sido las mejores desde que estoy en Aprilia”.
Recuperación sin prisa
Martín reconoce que aún tiene mucho margen de mejora, especialmente en la clasificación, su “talón de Aquiles” en este inicio de etapa con Aprilia. Le cuesta exprimir la vuelta rápida, aunque se siente cada vez más fuerte en ritmo de carrera y gestión de neumáticos. Pese a ello, su prioridad no pasa por subir al podio de inmediato, sino por acumular kilómetros y preparar un futuro donde sí pueda luchar por todo. “Ahora mismo acabar décimo u octavo me da igual, lo importante es dar vueltas”, repitió antes de mirar a Misano.
El aspecto físico es otro de los grandes motivos para sonreír. Tras meses arrastrando molestias en la mano, la espalda y otras zonas castigadas por las caídas, Martín completó el fin de semana en Barcelona sin apenas dolor. “Cero molestias en mano, espalda y demás. Solo un poco en el antebrazo al final, pero nada grave”, confesó aliviado.
Consciente de que 2025 es un año de transición, Martín prefiere mantener la calma y no obsesionarse con la comparación respecto a su compañero Bezzecchi. Su objetivo es claro: llegar a 2026 en plena forma y con todo el aprendizaje necesario para volver a ser candidato al título.