Un día más en la oficina, por desgracia, para la sufrida pero fiel afición del Sevilla FC, que lleva más de un mes sin disfrutar de un triunfo. Aquel 4-2 al Granada del 8 de abril llegó, encima, con reacción sobre la bocina, en pleno alargue, por lo que hay que remontarse a febrero para recordar una victoria medianamente holgada, sin sufrimiento. Fue ante el Dinamo de Zagreb en la Europa League, aunque luego llegarían por la mínima y muy gozosas contra el eterno rival, en LaLiga, para vengar la eliminación copera, y el West Ham, también en UEL, aunque los ingleses remontarían en la vuelta, prórroga mediante, para eliminar a los nervionenses en octavos de final.
Son tres igualadas consecutivas, dos puntos de nueve en el Ramón Sánchez-Pizjuán, las que están retrasando la consecución del objetivo principal: volver a clasificarse por la competición doméstica para el principal torneo continental. Estaba a tres puntos de distancia, pero los de Julen Lopetegui no pasaron de las tablas contra un ultradefensivo y combativo Mallorca que se juega literalmente la vida en Primera división. No es excusa, claro está, porque la involución en el juego blanquirrojo es una obviedad desde hace semanas. No hay fluidez, especialmente en ataque, por lo que los hispalenses avanzan a paso de oca hacia esa tercera o cuarta plaza que le permita respirar.
Como poco, no será hasta el próximo domingo, en el Wanda Metropolitano, con el as bajo la manga en la última jornada frente al Athletic. La distancia con el Real Betis (cinco puntos a falta de seis, con el 'goal-average' particular a favor) se antoja suficiente, pero existe la carambola matemática de una sequía total del Sevilla contra colchoneros y vizcaínos, más un pleno verdiblanco, lo que significaría un volteo que ya se produjo en la 2004/2005 con una ventaja similar a estas alturas. Para evitar sufrimientos innecesarios, habrá que hacer los deberes con el Atlético, tras una cita ante los baleares que, como demuestran las imágenes, estuvo preñada de precipitación, frustración y ansiedad por parte de Lopetegui y sus hombres, con un cortocircuito importante e ineficaces ante la muralla bermellona.
Incluso, varias contras y un par de acciones a balón parado, especialmente un larguísimo saque de banda en la reanudación de Jaume Costa para el cabezazo a bocajarro de Vedat Muriqi, felizmente abortado por Yassine Bounou, pusieron en entredicho el marcador final, si bien, para ser justos, habría que reseñar que los locales buscaron con más ahínco y argumentos el triunfo.
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