LaLiga encara su recta final con todo aún en el aire, siendo una de las temporadas más emocionantes que se recuerdan desde hace mucho tiempo en
España. Buen juego; gradas coloridas y entusiasmadas; muchos goles; victorias, empates y derrotas decididas sobre el pitido definitivo del árbitro... un espectáculo precioso que deja bien claro que el potencial de la
Primera división y el fútbol español es inmenso, pero que se está viendo deslucido por una cuestión: el
VAR.
La aplicación correcta de la tecnología
VAR está siendo el gran quebradero de cabeza para nuestra competición durante esta temporada
2021/2022. La falta de un criterio común y de ecuanimidad entre los árbitros sobre el terreno de juego y del grupo de colegiados que maneja el
VAR desde la
sala VOR están produciendo situaciones evitables y perjudiciales para
LaLiga y su espectáculo, tal y como se vieron, por poner dos ejemplos, en los partidos de
Sevilla FC y
Real Betis este mismo fin de semana.
El gol anulado a
Rafa Mir contra el
Granada CF por un choque fortuito y común en el fútbol y el tanto que le quitaron a
Sergio Canales frente al
Cádiz CF por una intervención de
Nabil Fekir que sólo vieron los trencillas fueron los dos últimos capítulos de los miles inverosímiles que se han visto durante este curso futbolístico. Una deriva que debe cortarse y evitarse no sólo por el bien de LaLiga y su fútbol sino también por el bien de los árbitros que deben dedicarse a lo que saben, a pitar, eximiéndoles de otras responsabilidades.
La solución para el VAR en LaLiga
Primero hay que decir que el
VAR es una magnífica herramienta, que mejora el fútbol, pero que está mal implementada en
LaLiga. El
VAR cambia de árbitro en todo momento, en cada encuentro, eso implica que en cada partido exista un criterio distinto que produce que los equipos y los futbolistas no sepan cuál van a tener ese día, puesto que no hay unas líneas marcadas.
Esto se proyecta a los aficionados que ven cómo hay días en que en jugadas similares se pita una cosa y al siguiente otra por lo que surgen críticas y quejas generalizadas. Nada tiene sentido. Y eso ocurre porque no existe un criterio común.
Este criterio común se puede conseguir de una forma sencilla. Que el
VAR esté en manos, o sea manejada, por un
comité de expertos independiente y ajeno a los árbitros, que se dedique en exclusividad a ello e impongan un criterio único y común para todos los partidos. Es esta la fórmula que se utiliza en las grandes ligas de
Estados Unidos como la
NBA o la
NFL y la polémica está contenida.
Ahora bien, lo que tiene que tener claro el mundo de fútbol, todos nosotros, es que si este comité llegara no se acabaría la polémica, seguiría existiendo, menos, pero al menos se sabría cuáles son las directrices que se aplicarían y, lo más importante, sería para todos igual.