Nacho Cartes3 min lecturaEl Tour de Francia es una prueba durísima en la que los ciclistas sufren muchísimos contratiempos de forma involuntaria, pero bajo cierta lógica. Hablamos por ejemplo de las caídas. Cuando hay tantos competidores juntos es factible que puedan ocurrir, aunque a todos nos gustaría que no fuese así. También te puede suceder que se te salga la cadena o un pinchazo por pisar cualquier cosa que esté en la carretera.
Hasta aquí todo son circunstancias innatas a este deporte. El problema se acrecienta cuando desde fuera le intentan poner trabas a los ciclistas y provocar que puedan ocurrir daños de mucha peligrosidad. Eso es lo que está pasando en el Tour. Como si no tuviesen pocos enemigos cualquier deportista que participe en él: sus rivales, la fatiga, todos los aspectos fortuitos que hemos mencionado antes... ahora se le suman las chinchetas.
Bueno, esta práctica lleva ocurriendo desde hace mucho tiempo, pero en San Sebastián el uso de ellas ha sido masivo. Una circunstancia que ha provocado el enfado de tanto ciclistas como directores de equipo. Estos últimos han hecho sus quejas de forma pública tras ver como las chinchetas han invadido el tramo final de la segunda etapa convirtiéndose en el gran enemigo de los ciclistas.
"Nos han puesto chinchetas. Casi todos nuestros ciclistas han pinchado, todos menos Victor Lafay y otro. Creo que se han pasado, las chinchetas sobraban", indicó el director deportivo del Cofidis, Bingen Fernández. Otros directores también denunciaron los mismos hechos. Indicando que varios de sus corredores habían sufrido pinchazos.
Esta peligrosa práctica no es nueva, lleva ocurriendo mucho tiempo, pero los operarios de las pruebas suelen retirar muchas en las horas previas al comienzo de las carreras, si bien es cierto que una vez que empiece es algo más difícil de poder evitar. Y más en tramos en los que hay cientos de aficionados, aunque casi en su totalidad buscan disfrutar del espectáculo y más en una gran prueba como el Tour, hay otros que tienen otras intenciones.
Además, los pinchazos son parte del ciclismo como ya hemos dicho, pero en los kilómetros finales se suele rodar bastante rápido y estos se producen de forma masiva se puede producir un daño de importancia como un ciclista se vaya al suelo o reduzca la velocidad de forma drástica. Si bien es cierto que las chinchetas pequeñas se quedan clavadas y no hacen el efecto inmediato, por lo que la rueda está pinchada, pero lo normal es que puedan llegar a meta si están en el tramo final.