Xavi Tua: “Va a sonar brusco, pero hay que tocarse los ‘huevos’”

Actual jugador del BM Logroño La Rioja y ex del Ángel Ximénez Puente Genil, Xavi Tua narra cómo superó un cáncer testicular para volver a la elite del balonmano y pone énfasis en el movimiento ‘Movember’ y la campaña que ha liderado la Liga ASOBAL

Xavi Tua: “Va a sonar brusco, pero hay que tocarse los ‘huevos’”
Xavi Tua celebra un triunfo de su equipo. - @xavitua22
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El arte de hacer de un revés, una lección de vida, “con una sonrisa”, como valor añadido y bendita rara avis. Xavi Túa se convirtió en 2019 en un ejemplo -sin pretenderlo- tras superar un cáncer testicular durante su etapa como jugador del Ángel Ximénez Puente Genil. Vestido con los colores del BM Logroño La Rioja, con la perspectiva que da el tiempo y la experiencia, repasa su capítulo vital en el marco del movimiento ‘Movember’ y la campaña que ha liderado la Liga ASOBAL.

¿Cuál es el quilómetro 0? ¿Cómo sientes que algo no va bien?

- “Me toqué los huevos y noté que había un bulto. No sentía molestias ni dolor, no sentía absolutamente nada. Cuando noté el bulto me sorprendió porque no lo había notado nunca pero tampoco le di muchísima importancia. Al día siguiente, por la mañana, estaban todos los jugadores cansados y como no me gustaban los silencios incómodos les dije: ‘oye chavales, me he notado un bulto en el huevo’. Me dijeron que hablara con el fisio de Puente Genil para hacer una prueba. Me hice la ecografía y ya me dijeron lo que al final tuve: dos seminomas, dos tumores en el testículo izquierdo”.

- Entiendo que no se está preparado para escuchar eso.

- “Fue complicado porque es algo que nunca te esperas. Yo tengo un problema muy grande y es que todo lo vivo con mucha naturalidad. Recuerdo que me llamó mi padre y le dije que había ido al médico y que tenía dos seminomas. No fui consciente de lo que me estaban diciendo, yo me lo tomo todo a la ligera, no suelo darle importancia a las cosas, pero para mi familia fue complicado. En mi familia ha habido muchos casos de cáncer y el mío cayó como un jarro de agua fría”.

- ¿Es posible mantener esa actitud durante el proceso?

- “El urólogo me dijo que esto era 30% de tratamiento y 70% de actitud. Está comprobado científicamente que, cuando las cosas las haces con una sonrisa en la boca, salen mejor. En mi caso fue super importante. Yo tuve la suerte de no hacer tratamiento. Mi familia y mis compañeros vieron que yo me lo tomaba a cachondeo y todo hizo que fuera mucho más sencillo”.

- Más sencillo… ¿y rápido?

- “Mucho. Me lo diagnosticaron un jueves, el lunes siguiente tuve la visita con el urólogo, hasta el viernes fui al oncólogo y al anestesista y el martes me operaron. La operación muy dolorosa en los días siguientes. Si tuviera que definirlo con una palabra sería incertidumbre porque fueron cuatro semanas, desde que me lo diagnostican hasta que me dicen si tengo que hacer quimioterapia o no. Es el miedo que todos tenemos con el cáncer, la quimio, porque te hace sentirte hecho una mierda”.

- ¿Te puedes permitir sentir miedo en esa situación?

- “El tópico es que los hombres somos duros y fuertes y que nuestros problemas no se los contamos a nadie. Sé que es difícil. Cometí el pequeño error de hablar con los míos con medida, no conseguí abrirme del todo. Con el tiempo, me pasó factura. Hay profesionales como los psicólogos y, si no tienes esa posibilidad, siempre podemos encontrar a una persona. Yo no recurrí a mi familia para no preocuparnos, pero sí tuve a gente muy cercana a mí que me ayudaron mucho en ese momento”.

- El Movimiento 'Movember' estaría en esta línea de aportar respuestas, entiendo.

- “Es súper importante un movimiento así. Con el cáncer de mama las mujeres saben que tienen que palparse el pecho. Va a sonar brusco, pero hay que tocarse los huevos. Mi consejo es que, igual que las mujeres lo hacen, nosotros también, tocarse de forma consciente. El consejo que a mí me dieron es hablar con los tuyos. Yo soy super abierto, pero, respecto a mis problemas, era muy cerrado. A mí ese consejo me sirvió mucho. Hay cosas que nos callamos por miedo o por no querer preocupar a los tuyos. Si te lo quedas dentro pasa factura. Mi consejo es una sonrisa siempre, pero llorar es super importante”.

- ¿Y el balonmano? ¿Qué papel jugó?

- “El balonmano fue clave porque el entorno de los jugadores es gente de balonmano porque llevamos desde pequeños en este mundo. Fueron un apoyo super importante y también la motivación de querer volver. Yo me encontraba muy bien en mi carrera deportiva, tenía mucha motivación por volver”.

- Hacerlo así, por la puerta grande, ¿se saborea más?

- “Yo ahora estoy perfecto, estoy increíble. Siempre le he echado morro y cara a este tipo de situaciones. La palabra cáncer asusta, pero para mí los superhéroes de verdad son los que tienen que pasar un proceso de quimioterapia, como mi tía, yo me libré por los pelos. No soy ese tipo de persona que de verdad ha sufrido por ello. No hay que quitarle importancia, he pasado ese trago amargo emocional, pero, por suerte, no lo he pasado físico. Soy un afortunado dentro de lo que cabe”.

Gonzalo Romero (ASOBAL)

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