El bagaje de cuatro puntos de los últimos dieciocho posibles ha alejado al Sevilla de la zona noble de la tabla y toca aferrarse al fortín del
Ramón Sánchez Pizjuán para frenar la caída y regresar, ante el Tenerife, a la senda de la victoria abandonada en las dos últimas jornadas.
Hay argumentos sobrados para creer en la reacción de los discípulos de
Diego Martínez, especialmente la fortaleza que ha mostrado el filial en su estadio, donde únicamente ha cedido una derrota, ante el Reus. Para ello, Martínez se debate entre buscar soluciones ofensivas para paliar los problemas evidenciados en Girona para crear ocasiones o mantener ese once más sólido con tres mediocentros o dar cabida a
Boutobba en la línea de tres mediapuntas por detrás de
Carrillo, el hombre más adelantado. Sin duda, la baja de
Borja Lasso pesa mucho en las labores de creación de los franjirrojos, obligados a buscar alternativas que garanticen un mayor poder ofensivo. Y es que en ocho de los diez últimos partidos, en cuatro no marcó ningún gol y en otros cuatro sólo hizo uno. La excepción, el 5-3 sobre el Oviedo, última victoria sevillista. Por lo demás, Martínez mantiene su columna vertebral, con Caro en la portería, la defensa habitual compuesta por Carmona, Diego, Bernardo y Matos y el doble pivote que forman Yan Brice y Fede San Emeterio. Ivi también es fijo y a Pozo no hay quien lo saque del once. Arriba, pugnan Gual y Carrillo, mientras que el perfil de equipo que busque Martínez resolverá la duda entre Boutobba o un mediocentro como Aburjania o Cristian.
Enfrente, el
Tenerife de un viejo conocido como
Pep Martí, que tiene a los isleños en puestos de privilegio, es quinto, tras una racha en la que sólo ha perdido uno de once partidos. El técnico balear recupera para el duelo a Aitor Sanz, que entra directamente en el once, y pierde a Vitolo por acumulación de amarillas. Podría debutar Tyronne, cedido por Las Palmas.