Dice la gente de fútbol (y Monchi lo ha repetido muchas veces) que el futbolista, finalmente, acaba jugando donde quiere hacerlo. Y en esas está ahora mismo
Roque Mesa, ayudando a conseguir que el
Sevilla sea capaz de acabar de pulir las
múltiples aristas de una
operación que días atrás se antojaba mucho más clara (en el club confiaban poderla cerrar, incluso, el pasado miércoles) y que se viene demorando en el tiempo, principalmente, por factores externos que poco o nada tienen que ver con los actores principales: el propio
Roque Mesa, el
Swansea y el
Sevilla.
El último de ellos,
Las Palmas y su controvertido presidente
Miguel Ángel Ramírez, quien a primera hora de esta mañana
confirmaba a ESTADIO Deportivo que iba a hacer efectivo el derecho preferente del que disponía sobre el pivote canario en caso de que saliera cedido, como es su intención hoy día, aunque con destino al
Sánchez-Pizjuán. "Yo tengo una opción preferencial y si la igualo,
Roque debe venir a
Las Palmas; lo quiera el Sevilla o el Badajoz. No es cuestión de joder al
Sevilla, ha sido una casualidad. Roque es un jugador que nos interesa y en las condiciones que hemos hablado no habría ningún problema para acometer su ficha. Cuando nos presenten las propuestas, las igualamos y punto. No hay más que hablar", explicaba Ramírez.
El presidente amarillo insistía en su idea de aparentar que este movimiento nada tenía que ver con su problemática con el
Sevilla por el
'caso Vitolo': "Quiero que quede bien claro que no es por Vitolo. Eso es un caso, que está en arbitraje y que a final de temporada sabremos, y
Roque es otro. Yo ya lo vendí, ya le saqué todo el dinero que había que sacarle. Nos interesa el jugador y no hay más que hablar. En todo caso, sería al revés. El
Sevilla es el que se ha entrometido, pues nosotros ya lo teníamos firmado de antes ese derecho preferencial".
Cuestión de dar la lata, más si se tiene en cuenta que el propio director deportivo del conjunto amarillo, horas después, tras la presentación de
Nacho Gil, negaba en corrillos privados la posibilidad y aseguraba que era más una cuestión personal del presidente insular que otra cosa, al no disponer la
UD de la liquidez necesaria que requeriría una operación así.
El objetivo, por tanto, resulta simple: conseguir torpedear la cesión sevillista o, en su defecto, alargarla en el tiempo todo lo posible. "Es cierto que
Roque puede decir 'presi' no me jodas, y yo me retiro. Pero no es el caso. Roque ve con buenos ojos volver a
Las Palmas. Habrá que esperar al día 31, entiendo", añadía
Miguel Ángel Ramírez.
Y así fue. Nada más conocidas las intenciones del presidente amarillo y cumplido con los compromisos que requería el sorteo copero y el consecuente emparejamiento contra el
Leganés, la planta noble sevillista se reunió para analizar el tema. Una cita en la que los rectores blanquirrojos llegaron a una conclusión muy simple: era el momento de que
Roque Mesa, con el que días atrás ya habían llegado a un acuerdo, a pesar de que
Ramírez dejara entrever que gustaría jugar en Las Palmas, moviera ficha.
Una decisión que,
como el entorno del futbolista ya había confirmado a este diario, estaba más que tomada y que no tardó en materializarse en forma de llamada a
Ramírez por parte del futbolista. Una escueta conversación que sirvió para apartar la maleza del camino elegido y reconducir nuevamente la
negociación hacia una situación más estable, estando nuevamente todo en el tira y afloja previo (porcentaje de la ficha del que se hace cargo el Sevilla durante la cesión, opción de compra, fórmula de pago, posibles bonus, etc...) entre clubes previo al definitivo y esperado intercambio de documentación.
Ni un euro más, ni uno menosPese a ello, la entrada en juego de Las Palmas no resultó baladí, recordando
Ramírez que los amarillos guardan un porcentaje de una futura venta y que, por tanto, un pellizco de la operación es para ellos. Y claro, habiendo más a repartir y demostrando que el futbolista tiene un interesante mercado en
España, el empresario canario ha conseguido encarecer el producto y que el
Swansea presente una postura más firme que horas atrás, sabedor de que su ‘producto’ tiene tirón en
LaLiga.
Una estrategia en la que el
Sevilla no está dispuesto a entrar, como bien ha manifestado su presidente
José Castro. "No vamos a hacer nada que esté por encima del precio que queramos comprar. Si alguien ve la sangre y se quiere aprovechar, está equivocado... Compraremos al precio que creemos que vale un jugador", dijo el utrerano durante la celebración de los 128 años de la entidad.